
Milla de Oro marbellí
El asador «Anti-Sánchez», donde van de José Tomás a Aznar
El local marbellí es famoso por sus urinarios con pegatinas de políticos de
la izquierda española

En pleno corazón de la Milla de Oro marbellí, donde el lujo convive con la provocación, El Asador Guadalmina ha dejado de ser simplemente un templo carnívoro para convertirse en un escenario donde se cruzan el chuletón, la ideología y la controversia. Su propietario, José Eugenio Arias-Camisón, un empresario tan peculiar como mediático, ha vuelto a situar su restaurante en el centro del debate nacional. Esta vez, por haber empapelado los urinarios del local con fotografías del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y varios de sus ministros, colocadas estratégicamente en el interior de los inodoros, acompañadas del lema: «Apunta aquí».
"Miccionar con propósito"
No es un gesto aislado. Arias-Camisón –autoproclamado «antirrojo» y abiertamente crítico con la izquierda política– ha compartido en redes sociales un vídeo donde presume de la iniciativa con una mezcla de orgullo y desafío. En él, aparece señalando las imágenes mientras afirma: «Si visitas el Asador Guadalmina, además de disfrutar de una excelente carne y cocina vasca tradicional, podrás miccionar con propósito». La escena culmina con una frase dirigida al presidente: «Apunta bien a la cara de este sinvergüenza, traidor y psicópata de La Moncloa». El episodio, que rápidamente se viralizó, ha provocado reacciones dispares. Mientras unos clientes celebran lo que consideran un ejercicio de libertad de expresión, otros no ocultan su incomodidad. Una pareja de Bilbao, habitual del restaurante, lo resume con pragmatismo: «Venimos por la comida, porque es excelente, pero estas formas rozan el mal gusto. No se puede reclamar dignidad política utilizando la vulgaridad como estandarte. Aquí solo queremos comer, no participar en una campaña personal».

No obstante, entre los habituales del local figuran nombres propios de la vida pública española. El expresidente José María Aznar y Ana Botella, el torero José Tomás, el entrenador Vicente del Bosque o el líder de Vox, Santiago Abascal, han pasado por sus mesas, atraídos por la fama del lugar y su contundente carta de carnes. Para algunos, el restaurante se ha convertido en un refugio ideológico; para otros, en una caricatura de sí mismo.
Carteles acusadores
Arias-Camisón no se limita a los urinarios. En las paredes y cartas del restaurante proliferan mensajes dirigidos contra miembros del Ejecutivo. Al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se le trata en tono despectivo en tono despectivo que no deja lugar a dudas. A María Jesús Montero la caricaturiza como «Chiqui La Montero» y a Irene Montero: la llama «Portavoza Miarma». Sus rostros, en más de una ocasión, han aparecido también en los baños, en carteles que incitan a apuntar hacia ellos.
Pero su historial provocador no comienza con el actual Gobierno. Durante los años de la ley antitabaco, Arias-Camisón se ganó notoriedad por desafiar abiertamente la normativa, permitiendo fumar en el interior de su local cuando ya estaba expresamente prohibido. «No me lo impone nadie, decía entonces, erigiéndose en cruzado de la libertad individual frente a lo que él considera un Estado intrusivo. La mezcla de provocación política y vocación empresarial ha dado a El Asador Guadalmina una fama que trasciende la cocina. Aquí, el entrecot se sirve con ideología, y cada comida es, potencialmente, un acto de militancia.
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