Michael Lohan, el padre de la actriz Lindsay Lohan, ha vuelto a ocupar titulares por motivos judiciales . Esta semana, un tribunal del condado de Palm Beach lo condenó a nueve meses de prisión tras confirmar que violó los términos de su libertad condicional al acosar y agredir a su expareja, Kate Major, madre de sus dos hijos menores.

El incidente que lo llevó de nuevo ante el juez tuvo lugar el pasado mes de febrero, cuando fue arrestado por seguir a su exmujer hasta un aparcamiento, desobedeciendo así la orden de alejamiento impuesta previamente por la Justicia. El episodio fue uno más en una serie de incidentes que, según los documentos judiciales, constituyen un patrón de "violencia continuada contra la familia".

Antecedentes

No es la primera vez que Michael Lohan se enfrenta a una condena. En 2022, fue liberado bajo libertad condicional tras ser hallado culpable de recibir pagos ilegales por derivar pacientes a centros de rehabilitación, una práctica conocida en EE. UU. como "patient brokering". Aquella investigación, liderada por la Unidad Especial de Hogares de Rehabilitación del estado de Florida, destapó una red de más de cien implicados en el negocio ilícito de las adicciones. A Lohan se le imputaron cinco cargos, y se estimó que había recibido más de 20.000 euros en comisiones por dichas derivaciones.

"La corrupción en la derivación de pacientes pervierte nuestro sistema de salud. Se antepone la codicia al bienestar del enfermo", explicó entonces el fiscal del caso. A pesar de aquella condena y de sus antecedentes desde los años 90, Michael Lohan había logrado mantenerse fuera del foco mediático por un tiempo, hasta este nuevo arresto.

Aunque parte de la condena actual le será convalidada por los días ya pasados en prisión preventiva, el fallo marca un nuevo capítulo en la compleja vida del padre de una de las estrellas más mediáticas del Hollywood de los 2000. El caso por violencia familiar sigue abierto y se espera una resolución en los próximos meses.