El controvertido policía tailandés al mando de la investigación contra Daniel Sancho, a punto de asumir el máximo cargo de la institución del reino

Socarrón, incisivo y capaz de pararle los pies al delincuente más osado, el actual número dos de la policía tailandesa, el general Surachate Hakparn, llegó a principios de agosto a la turística isla Phangan del Golfo de Tailandia para comprobar que los investigadores locales tenían bien atado que Daniel Sancho había asesinado y descuartizado con premeditación al cirujano colombiano Edwin Arrieta. Reconocido por resolver los casos más enrevesados “sin despeinarse”, el temido Surachate podría estar a punto de convertirse en el Comandante supremo de las fuerzas policiales tailandesas para dirigir, controlar y supervisar la actuación del cuerpo en todo el Reino. De ser elevado a este puesto, ¿cómo afectará su toma del poder al mediático caso del famoso youtuber?

Tras cerrar el mayor caso del reino de una asesina sospechosa de causar la muerte por envenenamiento a trece personas entre 2020 y 2023, rescatar como un héroe a ciudadanos tailandeses atrapados en el extranjero, dirigir delegaciones en otros países y erradicar la corrupción en el seno de la Real Policía Tailandesa, este carismático general cuenta con un impresionante historial para ocupar el máximo escalafón de la institución en el país asiático.

Mientras se ha filtrado el sumario del caso Sancho, y afloran testimonios que no dejan muy bien parado al sospechoso, cabe recordar que a este sagaz “Superpolicia” no le temblaron las manos cuando avanzó tajante que el chef, hijo del actor Rodolfo Sancho, será acusado de asesinato premeditado por el escalofriante crimen de Arrieta, por el que pedirán la pena de muerte. "Hemos consultado con el fiscal algunas de las pruebas y son lo suficientemente consistentes como para imputarle", expuso, y explicó que corresponderá finalmente al fiscal establecer la petición de una sentencia firme de cara al próximo juicio, sin fecha clara prevista.

Conocido de forma cariñosa como "Big Joke", aspira ahora a convertirse en el próximo jefe supremo de la Policía Nacional, después de que el actual Gobierno entrante pidiera a los cuatro candidatos que presentaran su visión del cargo a primeros de septiembre. Una decisión que se produce tras un cambio de rumbo político anunciado a finales de agosto, cuando el gobierno saliente decidió dejar este nombramiento en manos del debutante primer ministro, Srettha Thavisin.

Para sorpresa de algunos, Surachate desveló que era uno de los postulantes y manifestó que había presentado un resumen con su visión del cargo, en un proceso de selección que está siendo supervisado por el actual jefe de Policía, General Damrongsak Kittiprapas, a punto de retirarse. Al comentar su candidatura al Comité de Selección, el popular general declaró que su objetivo giraría en torno a la misión de mantener la seguridad nacional y fomentar la fe en la Real Policía tailandesa.

En los últimos años, la reputación de las fuerzas policiales del país se ha visto dañada por revelaciones escandalosas en las que se ha detenido a agentes acusados de corruptela e incluso de asesinato. Pero este veterano y sarcástico inspector de policía siempre ha defendido que es inmune a la corrupción. De hecho, se hizo un nombre como oficial de policía de alto rango en Bangkok, acudiendo a menudo en ayuda de extranjeros en la capital que eran víctimas de chantajes por parte de delincuentes o policías corruptos.

El hecho de que este mediático funcionario esté implicado en el caso Sancho, demuestra la relevancia que el país ha otorgado a este escabroso expediente, pues se trata de un oficial con una gran afición a figurar al frente de las cámaras.

Sin embargo, no todo son luces en su trayectoria, el veterano oficial de alto rango, que se ha erigido en hombre clave en casos relevantes durante el último año bajo las órdenes del general Damiransuk, vio su carrera policial marginada de una forma muy controvertida en abril de 2019, cuando fue destituido de la noche a la mañana como jefe de la Oficina de Inmigración. Además, tras un enigmático tiroteo contra su propio coche, se ordenó monje budista en un monasterio de la India, retirado allí una efímera temporada. A continuación, fue trasladado a un puesto en la Oficina del primer ministro, para regresar a la oficina del Comisario Nacional en la Jefatura de la Policía Real Tailandesa menos de dos años después, en marzo de 2021.

Desde entonces, este polémico agente ha desempeñado un papel fundamental en el esclarecimiento de casos emblemáticos y ha ayudado al Gobierno a mejorar la seguridad de los turistas extranjeros. Además, juega un papel clave en el enlace con las fuerzas policiales exteriores de Estados Unidos y China, y recientemente ha visitado Bruselas para informar a la Unión Europea de los esfuerzos de su país por frenar el tráfico y la trata de blancas.

Con todo, este hombre cuyo apodo hace referencia a la sopa de arroz tailandesa, llamada “Jok”, se ha convertido en una personalidad en la que la opinión pública tailandesa tiene gran confianza. Sus dotes diplomáticas le han servido para resolver varios casos destacados y políticamente controvertidos. Entre ellos, la detención en el aeropuerto de Suvarnabhumi de una joven saudí de 18 años que huía de problemas familiares, o la tragedia del barco Phoenix en Phuket, que se cobró la vida de decenas de turistas chinos.