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Opinión

El diario de Amilibia: Oh, el Apolo es nuestra luz

"Él es la brújula que orienta al progresismo y además, la luz que nos ilumina en tiempos de tinieblas"

Comparecencia de Pedro Sánchez por el caso Koldo en el Senado MariscalEFE

En el primer día de la Creación, Dios dijo «hágase la luz» y la luz se hizo. El Apolo ha esperado un poco más después de la creación de su Frankenstein. Leo: «Somos la socialdemocracia que queda», dice Sánchez. «Se presenta como la nueva brújula de los valores progresistas». Y añade el Apolo: «Ahora nos toca a nosotros inspirar a otros, ser la luz en un tiempo oscuro». Él es la brújula que orienta al progresismo y además, la luz que nos ilumina en tiempos de tinieblas. De Franco se dijo que era el «Faro de Occidente» y, según Millán Astray, «el enviado de Dios». Carrero Blanco hizo mención a la lucecita que no nunca se apagaba en el despacho de El Pardo.

En esa línea va el Apolo, el relámpago que fue al Senado para iluminar las tinieblas y los plomos se fundieron por sobrecarga de tanta claridad expositiva. Recuerdo que María Luisa Merlo me contó hace años que viajaba a Los Ángeles para recibir inspiración de su «guía de luz» en un centro de meditación. Hoy no necesitaría ir tan lejos: ya tenemos al Apolo reconvertido en «guía de luz», tan venido arriba que, según leo, envió a su jefe de gabinete, Diego Rubio, a una reunión con los mandamases de las empresas eléctricas para advertirles con energía: «El presidente no quiere ni un apagón más». Bien, pero hace días leí: «Red Eléctrica alerta del riesgo de inminente apagón». Parece que Corredor, presidenta de la Red, goza manteniéndonos a todos, incluso al Apolo, en alta tensión. Un cura vasco enumeraba desde el púlpito la lista de los tormentos infernales. Un aldeano le interrumpió desde abajo: «Oye, padre, si hay que ir al infierno, se va, pero no acojones». Pues eso, Luminoso Ser.