Opinión

El diario de Amilibia: Yo fui el culpable del Apagón

"Lo importante no fue la caída, sino cómo nos levantamos. Esa es la doctrina del sermón monclovita"

Comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez para informar sobre las medidas que el Ejecutivo va a adoptar para responder a las nuevas necesidades de seguridad y defensa de la Unión Europea y para informar de la acción del Gobierno ante la crisis energética que tuvo lugar el día 28 de abril Asisten al pleno Alberto Nuñez Feijoo, María Jesús Montero, José Manuel Albares, Félix Bolaños, Fernando Grande-Marlaska, Carlos Cuerpo, Sara Aagesen Muñoz y Óscar Puente Santiago. © Alberto R....
Pedro SánchezAlberto R. RoldánFotógrafos

El Apolo de la Moncloa trata de convencernos de que, comparado con la gloriosa y rápida recuperación de la energía, lo de menos fue el Apagón. Lo importante no fue la caída, sino cómo nos levantamos. Esa es la doctrina del sermón monclovita. Leo: «Moncloa frena el cese de Beatriz Corredor para evitar las reclamaciones millonarias». No sé cuándo, pero seguro que en algún momento el Apolo defenderá a su pupila diciendo algo así como que en realidad es una mujer que lo sacrifica todo por la política, porque pudiendo ganar un dineral como registradora de la propiedad, se conforma con la presidencia de Red Eléctrica por un miserable sueldo de 546.000 euros al año. No dirá que gracias al Apagón, Ábalos, Koldo, la Bego, el hermano de la batuta, García Ortiz y compañía, han visto la luz: se ha hablado menos de todos ellos. Un respiro, oigan.

Las lenguas conspiranoicas se preguntan si no fue el propio Apolo quien provocó el Apagón para que la ciudadanía pudiera demostrar su civilidad y, de paso, la fidelidad a su liderazgo aunque nos deje a dos velas. No, fuera sospechas maliciosas: el culpable del Gran Apagón fui yo, solo yo y nadie más que yo. Estaba aburrido en casa después de leer los periódicos y se me ocurrió, en un ataque de ansiedad y actividad frenética, poner a la vez la plancha (plancho bastante bien), la tostadora, la batidora, la lavadora, el horno, la secadora, la televisión, la aspiradora, el extractor de humos de la cocina, el ordenador, la impresora, la vitro, todas las luces de la casa y el gran foco que tengo en el baño para encontrarme la pilila al miccionar. Eran las 12:33, creo. Y no me declaro también culpable del caos ferroviario porque puede resultar excesivo para una sola columna.