El diario de Amilibia: ¿Hay o no hay un cómico en Génova?

A Alberto Núñez Feijóo le gustan mucho los cónclaves, al estilo vaticano, quizá por consejo o inspiración de su tía la monja, sor Lina. Y aunque parezca raro en gente tan devota, la sempiterna fumata blanca de sus retiros nunca es de «maría». No son de san Canuto. En la Declaración de Córdoba manifiestan su frontal rechazo a la corrupción política del PSOE y a la Ley de Amnistía, que es «el mayor ataque a la igualdad entre españoles y al Estado de Derecho», o sea, que se han reunido para declarar lo que ya habían declarado antes del cónclave y lo que ya tenemos todos más que masticado. Para mí, que no solicitaron la inspiración del Espíritu Santo, como procede en estos casos y les recuerda siempre sor Lina.

«Mensaje para los corruptos del PSOE: a la una de la madrugada dice Yolanda Díaz que es hora de salir de las marisquerías. Ya pueden dirigirse ordenadamente a sus prostíbulos de confianza. Recuerden saludar al portero. Quién sabe: igual llega a consejero de Renfe». Leí este mensaje del PP en X e imaginé, ilusionado, que ya habían llegado aires de coña a Génova. Como en Córdoba se come un rabo de toro que es gloria bendita, esperaba un comunicado jocoso: «Clamamos todos a coro/ y embestimos al sanchismo/ comiendo rabo de toro/ con profundo patriotismo/ En los momentos difíciles/ nada como un buen moriles/ y aunque no somos la tuna/ cantamos hasta la una».

Algo así. Feijóo tiene puesta su fe en Europa para frenar la amnistía. Lo malo es que la UE siempre mira para otro lado y, como diría la Von der Leyen, si en ese lado está la cara sin igual, bella y tal, del presi Sánchez, la cosa no tiene color. Otro cónclave, porfa.