
Adiós vida digital
La emotiva despedida de Pablo Garna, antes de abrazar la vida religiosa
El influencer se despidió en un acto lleno de emoción celebrado en Madrid

Pablo Garna (34 años) ha cerrado un capítulo vital de su vida, uno marcado por la notoriedad digital, los viajes y los proyectos profesionales, para abrir otro radicalmente distinto: el del silencio, la oración y la entrega total a Dios. El influencer granadino, que acumulaba cientos de miles de seguidores, se despidió de su entorno más cercano con una celebración cargada de emoción en el Parque del Retiro de Madrid, antes de iniciar su formación en un seminario.
La jornada, organizada bajo el lema "Solo Dios Basta", comenzó con una misa en una iglesia próxima al parque, lugar habitual de adoración de Garna, y reunió a amigos del movimiento Hakuna, sacerdotes y compañeros que han compartido su trayectoria espiritual, entre ellos José Pedro Manglano, líder del colectivo. Tras la Eucaristía, la despedida continuó con una carrera por el Retiro y concluyó con una cena informal de hamburguesas, que simbolizó la cercanía y el cariño de quienes lo acompañaron en este paso trascendental.
Entre los asistentes destacó la presencia de Sofía Ellar, cantante que contribuyó a dar a conocer a Garna en 2021 a través de algunos de sus videoclips. Desde su cuenta de Instagram, Ellar compartió un emotivo mensaje en blanco y negro: "Te quiero", escribía, subrayando la conexión personal y afectiva con el influencer. Por su parte, Ignacio Serrano, amigo de toda la vida, capturó el encuentro en fotografías y vídeos, recordando la calidez de la jornada: «Hoy tocaba plan para despedirnos de nuestro Pablete… Te queremos y te rezamos, amigo. A tope».
El propio Garna había anunciado su decisión a través de un vídeo en sus redes sociales, donde explicó que su retiro no era impulsivo sino fruto de una reflexión profunda: "Desde el primer día soñé con llevar el amor de Dios a través de esta pantalla… Me iba bien en la vida: mis viajes, mi coche, un trabajo increíble… el sueño de muchos. Pero, ¿de qué me sirve todo eso si en el fondo de mi corazón hay otra cosa?".
Con una petición final cargada de humildad, el granadino selló su despedida: «Lo que te pido es que, si quieres, reces por mí… para que mi entrega sea entera, aunque no vea resultados ni frutos. Para que, también en los momentos malos, me repita una y otra vez: solo Dios basta».
Así, Pablo Garna deja atrás la vida pública para adentrarse en una etapa de recogimiento y servicio espiritual. Una despedida que, entre fe, amistad y emoción, quedará marcada para siempre en quienes lo acompañaron en este trascendental paso de su vida.
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