Georgina Rodríguez confía "ciegamente" en su serpiente favorita

Desde que se marchó a vivir a Arabia, el círculo íntimo de Georgina Rodríguez ha ido disminuyendo considerablemente. En estos momentos, son tres las personas que forman su entorno más cercano. El primero se llama Serpiente y es su maquillador y gran amigo. Le sigue Ramón Jordana, al que muchos consideran el hombre de mayor complicidad con la pareja de Cristiano Ronaldo, su mano derecha y confidente. Y cierra el círculo Soraya Álvarez, su entrenadora personal, la mujer que cuida el estado físico de la influencer. Los cuatro forman un gran equipo y viajan juntos a todas partes.

Todo lo contrario que ocurre entre Georgina y su hermana Ivana, a las que los miles de kilómetros que les separan, una en tierras árabes y la otra en España, han distanciado geográfica y personalmente.

Desde que es pareja sentimental de Cristiano, sus cuentas corrientes, gracias a sus contratos y presencia en las redes sociales, se han incrementado notablemente. Los cálculas apuntan que su fortuna alcanza los sesenta y cinco millones de euros. Y sigue en aumento.

Solamente por la primera entrega de su documental "Soy Georgina", cobró más de un millón de euros, y ya se han emitido en una plataforma televisiva dos partes más. La exempleada de una conocida tienda de lujo de la madrileña calle de Serrano, convierte en oro todo lo que toca. Tanta dicha despierta recelos en algunos de sus seguidores y la acusan de ser un tanto prepotente y no entienden su exhibición en las redes rodeada de riquezas en una sociedad en la que prima la precariedad y existen altos índices de pobreza.

Incluso sus detractores consideran que la docuserie mencionada, más que ser un canto al amor, como asegura su protagonista, es una exaltación del capitalismo, en el que, presuntamente, se ha obligado a firmar un contrato de confidencialidad a todo el equipo que lo realiza.