Caso Epstein
Ghislaine Maxwell, la sombra de Epstein, busca el perdón de Trump
La exsocialité británica planea solicitar la conmutación de su condena a 20 años de prisión, en un movimiento que reaviva las sospechas sobre la relación del expresidente con el escándalo Epstein
Ghislaine Maxwellvuelve a situarse en el centro del huracán. La exconfidente y cómplice del fallecido magnate Jeffrey Epstein -condenada en 2021 por tráfico sexual de menores- prepara una solicitud formal al presidente Donald Trump para que le conmute su sentencia de 20 años de prisión. La noticia, filtrada por un denunciante anónimo y confirmada por el congresista demócrata Jamie Raskin, ha agitado de nuevo las aguas políticas y mediáticas de Washington.
Según el informe publicado por Raskin, Maxwell, de 63 años, habría mantenido recientemente una reunión con el fiscal general adjunto Todd Blanche, después de ser trasladada a una prisión de mínima seguridad en Texas. Fuentes del Congreso sostienen que la exsocialité británica disfruta de un trato preferencial en el centro penitenciario, con privilegios inusuales como comidas personalizadas, rutinas de ejercicio fuera de horario y acceso a un perro de terapia entrenado por otra reclusa.
"Compasión"
El documento, hecho público por el Comité Judicial de la Cámara de Representantes, sugiere que Maxwell confía en que el nuevo Gobierno de Trump -en su segundo mandato- podría considerar su caso "con compasión". Raskin, en una carta dirigida al presidente, cuestiona si el mandatario o sus asesores han discutido la posibilidad de clemencia con Maxwell, sus abogados o su entorno más cercano. "Resulta preocupante que una persona condenada por tráfico sexual de menores crea tener la influencia suficiente como para esperar indulgencia presidencial", escribió el legislador.
El propio Raskin ha pedido que Todd Blanche comparezca ante el Congreso para responder sobre la naturaleza de sus contactos con la reclusa. La petición llega en un momento políticamente sensible: el Capitolio intenta evitar un nuevo cierre de Gobierno mientras el país sigue dividido por los escándalos y polarizado por la gestión de Trump.
El caso Epstein -y por extensión, el de Maxwell- nunca ha dejado de proyectar sombras sobre la élite estadounidense. Documentos recientemente desclasificados apuntan a una relación más estrecha entre Trump y Epstein de lo que el expresidente ha reconocido públicamente. Aunque Trump ha negado cualquier implicación en los crímenes del financiero, no ha descartado conceder un perdón presidencial a Maxwell.
Mientras tanto, las víctimas de Epstein alzan la voz. Asociaciones y familiares han condenado la posibilidad de un indulto, calificándolo de "afrenta a la justicia" y de "traición a las víctimas". "Maxwell no fue una simple cómplice; fue parte activa del engranaje que destruyó vidas", declaró una de las abogadas que representa a varias supervivientes.
Desde su celda en Texas, Maxwell mantiene que fue un "chivo expiatorio" y que su condena busca proteger a "hombres poderosos" que aún permanecen en la sombra. Con su apelación pendiente y su destino político atado a la voluntad de un presidente impredecible, la historia de Ghislaine Maxwell se perfila como otro capítulo incómodo en el controvertido legado de Trump.