El lujo, muy de la mano con la solidaridad

En su séptimo año consecutivo, este proyecto demuestra su consolidación y éxito. Por primera vez, una sinergia de marcas de lujo comparte clientes y ellas mismas lo celebran. Los cuatro primeros años tuvo lugar en Barcelona, y a los últimos tres años se ha sumado la capital. Cada marca de lujo participante ha contribuido a la creación de un árbol de Navidad único, fusionando toda su artesanía y ADN distintivo. La libertad creativa y de elección fue el principio rector, permitiendo a las marcas diseñar sus árboles por sí mismas o colaborar con expertos externos, como empresas de arquitectura, diseñadores de interiores o artistas. En total, 14 árboles, concebidos como auténticas obras de arte, se exhiben durante una semana en la ruta «Solidarity Christmas Tree», abarcando los ejes de Canalejas, Jorge Juan y Serrano. Esta iniciativa, que destila la magia y solidaridad navideña, culminará con una subasta benéfica de los árboles en el Teatro Real, donde los clientes podrán realizar donar filas cero o participar en la puja. Las ganancias obtenidas se destinarán a dos fundaciones, cuyos requisitos pasan por la transparencia y la apuesta por cubrir necesidades que mejoren y transformen la vida de las personas. Este año están orientadas a personas con discapacidad intelectual severa y sin recursos: Apsuria y Proyecto Persona. LA RAZÓN se ha puesto en contacto con tres marcas de lujo que explican el proceso creativo que las ha traido hasta aquí.

Anabel Zamora, coorganizadora de Solidarity Xmas Tree cuenta que los equipos locales están 100% por la labor de participar en esta iniciativa. «Tenemos marcas muy fidelizadas. Hay mucho trabajo detrás cuyo único compromiso se basa en participar en proyectos de este calado, como encontrar espacios, crear convocatorias, conseguir pujas, o la creatividad de sus árboles».

A ultranza, Anabel defiende el lujo y su labor: «Es verdad que la percepción que tienen algunas personas sobre el lujo es de parecer un sector frívolo, y yo digo que es tan importante como otros. En España provee medio millón de puestos de trabajo, de forma directa o indirecta, y no podemos banalizarlo. Son productos caros, pero por su elaboración y gran valor, que implica procedimientos hiper laboriosos, con una cantidad ingente de profesionales a sus espaldas. Si existen empresas que toda la vida han sido solidarias con la cultura o arte han sido, sin duda, las marcas de lujo. Su vínculo con el mecenazgo artístico es mucho más longevo, importante, e impactante que otras marcas que presumen de ser responsables y corporativas».

Gadea Maier, directora Marketing y Comunicación de los relojes suizos de IWC, apunta que la definición del lujo se tuvo que cambiar el pasado 2018 por su concepción peyorativa, hasta que profesionales españoles como Enrique Loewe, entre otros, decidieron abogar por su modificación. «Destacamos el oficio de todos los creadores. De hecho, resaltamos el potencial que hay dentro de nuestras fronteras a través de Miguel Caravaca, Felipao el pasado 2022, o el estudio de arquitectura MRGO que estamos presentando este año», comenta Gadea. Y, además, opina que «lo bonito es ir todas juntas a una, pese a ser competencia». Siguiendo el hilo conductor de la marca, la inspiración de este árbol llega de las piezas que dan lugar a los relojes finales. Y lo bueno es que este árbol, además de para la Navidad, puede lucirse cualquier época del año debido a su cualidad decorativa.

Elena Martin Merino, directora de la firma Chopard en la ciudad apela: «la cercanía y visibilidad a fundaciones que están en tu propia ciudad. Todas las marcas estamos invitadas a conocerlas y ellos a visitarnos. Lo enseñan absolutamente todo y la involucración emocional es lo que hace que las cosas funcionen». En el caso de Chopard se han basado en un árbol que continúe su estilo tradicional, siendo la versión más clásica, añadiendo un toque español y madrileño. Por ello, la persona competente para su realización ha sido la diseñadora de moda Macarena de Torres: «Me hizo un boceto precioso, participó la floristería Bucaro, con la que estamos muy agradecidos». A partir de lámparas antiguas del Rastro de Madrid han ensalzado la idiosincrasia de Chopard: la verdadera joyería. Con cristales que caen del árbol y siguiendo principios de sostenibilidad: «intentamos salvaguardar el planeta», concluye.

Mariana Giglio, quien dirige Maison Valmont, añade que la preocupación por la firma, desde su gestación hasta la llegada al consumidor, de que no hay nada de injusticia social es primordial: «El lujo se preocupa del origen, trazabilidad y parte ética y social, ¿dónde se fabrica?, ¿quién lo fabrica?, ¿qué salarios tiene?», se pregunta. Mariana alude a la importancia en el cuidado del envasado o los cristales que utilizan, motivo por el que se tarda tanto en sacar productos y no se sigue la velocidad de las modas. «Nuestros ingredientes llegan de los Alpes y el agua de los glaciares, todo lo mimamos mucho y es especial, los perfumes simulan estar en la misma Venecia». Y de su árbol se encarga la artista Julia Creuheras.

Todavía se puede participar. Todos los detalles en la web oficial.