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Negocios al sol: Alfonso López de Osa y Coral: vino, cosmética y redes sociales

El influencer de la nueva generación de las bodegas Valsardo se pone al frente de la firma de belleza fundada por su madre

Alfonso López de Osa y Coral
Alfonso López de Osa y CoralCedida

Alfonso López de la Osa y Coral lleva el vino en las venas: «El vino siempre ha estado muy presente en mi vida. Mi abuela Paloma Escribano fue la primera mujer viticultora en España y su familia fue una de las fundadoras de Protos. Y aunque no soy muy de beber, me gusta disfrutar de una copa de vino tinto en las comidas... y de algún chupito de aguardiente de los vinos de mi abuela, pero siempre con moderación».

Este joven influencer que cuenta con casi un millón de seguidores en redes sociales, se ha lanzado a liderar la firma cosmética Viñali, un proyecto que nació hace casi veinte años de la mano de su madre, Marie-Sixtine Coral, y que recoge todos los saberes de la bodega Valsardo, fundada por sus abuelos: «Viñali nació en 2006 como mezcla del mundo del vino biodinámico de la familia de mi padre y del mundo de la cosmética en el que mi madre tenía mucha experiencia. Es la combinación de tradición familiar, innovación, calidad y mundo de redes sociales lo que me ha llevado a continuar con el negocio familiar».

Perfil digital

Con apenas veinte años, Alfonso añade este negocio a sus estudios y a su perfil digital: «Compagino mi dedicación a Viñali, con la universidad, las redes sociales y mis estancias en Estados Unidos», asegura. «Carlos Eric, un amigo de la familia y muy metido en el mundo digital, me aconsejó que en todo lo que hiciera buscara siempre un propósito. Pasé meses reflexionando hasta que lo encontré, y ese propósito es Viñali».

Alfonso, además, es primo del jinete Íñigo López de la Osa, uno de los más destacados de nuestro país que cuenta entre su círculo de amistades con el príncipe Alberto de Mónaco: «Ha llegado muy joven a un nivel espectacular en el mundo de la hípica y del salto de obstáculos. Es un ejemplo de tenacidad, inteligencia y esfuerzo», afirma. «Ambos venimos de una línea de trabajadores incansables: bisabuelos, abuelos, mis padres… donde cada paso ha sido una combinación de formación, de decisiones meditadas y ejecutadas con inteligencia. Nos dicen que no nos quedemos sin más en cumplir con nuestro trabajo si no que ‘‘we give back to the community’’’. Por otro lado la relación familiar con el príncipe Alberto de Mónaco se mantiene en el tiempo desde la autenticidad, algo que hoy en día valoro muchísimo».

Cada generación busca aportar algo a su historia familiar, sobre todo si esta es como la de los De la Osa y Coral. Alfonso, con veinte años, parece que tiene claro cuál va a ser su legado y trabaja para conseguirlo, aunque eso le haya hecho tener que replantear una vida que ya parecía solucionada. Da igual que esté en Los Ángeles, Madrid o Mónaco, tiene clara sus prioridades y dónde quiere acabar: «El cambio más reciente en mi día a día es ver que es posible ir sumando cosas y, si te lo propones y cuentas con una buena organización, puedes aprovechar mejor el tiempo. Las redes y la tecnología me ayudan mucho cuando estoy haciendo varias tareas a la vez. Viñali está integrado en todo, así que trabajo sistemáticamente en este proyecto, junto al resto de cosas que hago. El trabajo en equipo es importante también pues te permite llegar todavía a más cosas y mi familia y la gente que estamos en Viñali son la clave. Mi padre siempre me recuerda ‘nada es imposible si realmente te lo propones’».