Tras haber colgado el cartel de "no hay billetes" en importantes ciudades de todo el mundo como Buenos Aires, Santiago de Chile, Bogotá, Quito, Nueva York o Chicago, Luis Miguel por fin aterriza en España para dar comienzo a su tour en nuestro país. Le espera un verano repleto de actuaciones con quince fechas programadas en más de diez ciudades diferentes, como Marbella, Madrid, Murcia, Sevilla, Cádiz, A Coruña, Roquetas de Mar, Barcelona o Córdoba, donde arrancará su gira en la madre patria este viernes 28 de junio, en la plaza de toros de Los Califas.

La elección de la ciudad con la mezquita más famosa de España como escenario del comienzo de su gira en nuestro país no es casual, puesto que se trata de la tierra natal de Paloma Cuevas. Se daba por sentado que la socialité no se perdería la actuación de este viernes en la provincia andaluza, y también estaba previsto que acompañara a su pareja -con quien dicen que se casó durante su último viaje en Las Vegas- durante el resto de su turné, pero los problemas de salud que recientemente han achacado a sus padres pueden truncar sus planes.

Victoriano Valencia y Paloma Díaz, de 91 y 70 años respectivamente, ingresaron el pasado lunes en un mismo hospital a consecuencia de una neumonía y un contagio de coronavirus que se complicó más de lo esperado. Aunque los dos fueron dados de alta pocas horas después, la preocupación sigue rondando a Paloma Cuevas y no se siente cómoda alejándose tanto tiempo de sus progenitores en un momento en que su salud sigue algo resentida.

Además, tras mantener un contacto más o menos estrecho con su madre, Paloma Cuevas debe someterse a constantes pruebas que acrediten que no se ha contagiado de coronavirus, puesto que si la enfermedad llegara a afectar también a Luis Miguel podría suponer una grave catástrofe para su gira y obligarle a cancelar varios conciertos.

Con estas cartas sobre la mesa, la presencia de Paloma Cuevas en Córdoba sigue en el aire y parece que no será hasta el próximo viernes cuando se despejará la incógnita, aunque de acudir a ver actuar a su pareja lo hará de forma discreta y sin llamar la atención, como ha hecho hasta ahora. Lo último que quiere es que su presencia desvíe la atención de la gran noche de "El Sol de México".

Si los problemas de salud de sus padres o incluso los propios -si diera positivo en coronavirus- obligaran a Paloma Cuevas a separarse de Luis Miguel durante su gira por España sería un tremendo mazazo para ella, puesto que en estos últimos años de relación se ha consolidado como la groupie número uno del cantante y en su mejor compañía cuando su trabajo le obliga a recorrer miles de kilómetros entre una ciudad y otra.

De hecho, se conoce que ha estado junto a él en algunos momentos de su tour por Hispanoamérica y Estados Unidos, y aunque ahora lo pueda tener más complicado, tras las fechas en España Luis Miguel tiene pendientes más de 30 citas en su México lindo hasta el 30 de noviembre, tiempo más que suficiente para que los padres de Cuevas se recuperen y ella pueda unirse a su pareja en su turné por el país azteca.

La cena a la madrileña de Cuevas y Luis Miguel

Según ha trascendido, la socialité y el cantante disfrutaron la semana pasada de una velada en Madrid acompañados de Michelle Salas, la hija de Luis Miguel, y el marido de esta, Danilo Díaz. Paloma Cuevas ya es una más en la familia de su pareja y ha formado un estrecho vínculo con su "hijastra", hasta el punto de que acudió junto al artista a su boda, que se celebró el 14 de octubre del año pasado en La Toscana.

La periodista Beatriz Cortázar cuenta en "Informalia" que Cuevas recibió a su pareja en la capital en cuanto aterrizó la semana pasada para ultimar los detalles de su gira en España, y aunque sus planes pasaban por seguir juntos varios días, los antojos del destino obligaron a Paloma a separarse de su amado para estar junto a sus padres.