Miocardiopatías hipertróficas
Me ponga unos ojos verdes, por favor
Gloria Camila se ha sometido a una intervención para cambiar el color de su iris
Gloria Camila ahora tiene los ojos verdes. Porque a ella le gustan mucho los ojos verdes, más que los suyos marrones, y ha decidido comprarse unos ojos verdes. A mí me parece bien, así a trazo grueso, que si algo de tu cuerpo no te gusta y tienes parné, te compres otra parte nueva. Mucho mejor que traumatizarse. Que ahora con cualquier cosa te da la ansiedad. Al final, las operaciones estéticas son un poco eso: no me gusta este flotador, póngame cuarto y mitad de vientre plano. Aquí dejo en prenda mi papada, deme una mandíbula definida y, ya de paso, unos pómulos pa exprimir limones. A las que se hacen una rinoplastia también les gusta más una naricilla respingona que un apéndice nasal tirando a pico de águila perdicera.
Es lo que tienen las operaciones estéticas: que se hacen para que algo que no te gustaba antes te guste más tras la intervención. Y a Gloria Camila, especialita ella, le gustan los ojos verdes como el trigo verde y, al verde, verde limón. Y como es de profesión hijadé e influencer, pues se lo puede permitir. Ya te digo yo que si fuese periodista freelance no podría. Que a mí me gustan los ojos azul cielo, la cintura de avispa y las tetas desafiando a la ley de la gravedad y aquí estoy, tecleando sin operarme ni la hipermetropía. También te digo que más por miedo a la anestesia que por otra cosa, que también. Y es que para invertir tanto dinero y tiempo en quedarte hecha una Barbie Costurones hay que ser una valiente. También es verdad que esto lo firma alguien a quien a los taytantos le siguen dando piruletas cuando le ponen una vacuna o le sacan sangre y no llora (en el PAC de mi pueblo las enfermeras son muy atentas y además ya me conocen). Tú imagínate a alguien como yo pasando por quirófano para cambiarse el color de ojos. Me tendrían que anestesiar con dardos lanzados con cerbatana desde el edificio de enfrente o iba a ser bonito de ver el espectáculo. Por eso no me opero de nada, porque acabo antes aceptándome, con mis cositas, que montando un cirio. Y por eso, en realidad, a mí Gloria Camila me parece una valiente. Eso le viene por parte de padre, lleva el toreo en la sangre. Bueno, en el libro de familia. Como la frente despejada y el estar a gustito (con sus nuevos ojos verdes).
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