Entrevista
Rachel Valdés: “El éxito, como la felicidad, es una palabra muy subjetiva”
La artista cubana presenta por primera vez su trabajo en una muestra individual en Galería La Cometa Madrid. Hablamos con ella sobre su amor por España y la fuerza de la contemplación
Pocas artistas pueden presumir de contar con una obra que ha recibido más de dos millones de visitas. Gracias a una instalación inmersiva en pleno Times Square, Rachel Valdés lo ha logrado. Ahora se zambulle en un viaje en el tiempo y en el espacio de la mano de una veintena de piezas con Piscinas, que parte de ciertas vivencias que tuvo en la Cuba de los años 90.
Aunque su labor artística es sumamente reconocida y aclamada, gran parte del público español la conoce especialmente por ser la pareja de Alejandro Sanz desde 2019. Acostumbrada a esquivar preguntas sobre su vida privada, habla con nosotros sobre arte, la disciplina con la que intentamos saber un poquito más sobre su intimidad.
¿Diría que a través de este viaje en el tiempo podemos conocerla un poco más o se separa mucho de tu obra?
Cada obra que hago forma parte de lo que soy, de dónde vengo y de cómo percibo el mundo. En particular esta serie es un acercamiento a mí y a las experiencias que he tenido.
Dice que el arte es capaz de hacer llamadas de atención. ¿Qué asuntos cree que nos tienen que preocupar especialmente?
Con mi obra intento crear un acercamiento al ejercicio de la contemplación, el tomar una pausa, poder percibir y apreciar todo lo que está a nuestro alrededor. Principalmente con mis piezas escultóricas, busco establecer una conexión con la naturaleza y lo que nos rodea. Creo que vivir la realidad de una manera más consciente y presente es bien importante y necesario, especialmente en la era en la que estamos viviendo, con tanta inmediatez, tanta información, y tanto estrés.
Hay quienes dicen que la obra de los hombres se valora a incluso se tasa de forma desigual, mejor para ellos… ¿Cree que es así?
A la hora de crear no creo que exista una diferencia, creo en el poder de la obra, y no del género. Pero sí es cierto que en el mercado del arte las reglas son un tanto diferentes, y existen algunas desigualdades. La mujer muchas veces no es tomada tan en serio como el hombre, y siento que debe demostrar mucho más su valía y capacidad.
¿Da más miedo enfrentarse a un lienzo en blanco o a una conversación delicada?
Pienso que ambas acciones deben de abordarse con total naturalidad. El miedo no es una frecuencia que me agrade demasiado, así que por muy difícil que pueda ser, siempre intento sacar la fuerza y la valentía para hacerlo lo mejor que puedo en ese momento, sin abandonar la convicción y la espontaneidad.
Si tuviera que plasmar su situación personal y emocional actual, ¿cómo sería lo que veríamos en el lienzo?
No suelo trabajar con plasmar mi emoción directamente. Muchas veces prefiero trabajar en base a una idea o traducir una emoción pero después de analizarla en profundidad, pero este momento de mi vida a lo mejor lo plasmaría con un environment, más que con una pintura, con una obra que involucre cambios de temperatura, sonido y olor.
¿Qué les diría a los que al ver arte contemporáneo, sueltan lo de “eso lo haría un niño”?
Es bastante común ese tipo de opiniones, especialmente cuando se trata de arte contemporáneo, que está caracterizado por una gran diversidad de manifestaciones, especialmente las más conceptuales. No les diría nada: pienso que cada espectador tiene una opinión muy válida y que no todas las obras de arte pueden ser bien comprendidas.
Seguro que le han pedido mil veces que defina su obra pero, ¿cuál ha sido la definición que han hecho de ella que más le ha gustado?
Especialmente con las obras públicas, he podido llegar a conocer más comentarios acerca de mi trabajo. No sabría mencionar una frase específica, pero sí el poder ver a ciertas personas emocionarse delante de una obra, o decirme que le he llevado a otro mundo, que se ha conectado con su ser interior, o que le he llevado a un momento clave de su infancia. Ese tipo de comentarios son verdaderamente enriquecedores para mí. En esos momentos, siento que la obra ha cumplido su función.
Ha trabajado obras inmersivas, que por cierto son ideales para que la gente suba a sus redes. ¿Qué le parece lo de que tantas personas se acerquen al arte porque buscan algo ‘instagrameable’?
Me parece excelente ese fenómeno. De alguna manera, a través de las redes se puede democratizar el arte, y hacer un llamado de atención a mayor cantidad de público. Hay personas que van sólo a tirarse una foto, pero otras descubren el arte gracias a eso.
¿Qué es para usted el éxito?
El éxito, como la felicidad, es una palabra muy subjetiva. Depende mucho de cada persona. En mi caso, se trata de encontrar el equilibrio entre lo personal, lo profesional, y lo espiritual.
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