Verano
La ruta secreta de Amancio Ortega por las Rías Baixas: tesela de mariscos en cubierta y baños en la ría
Sin fiestas a bordo ni estrellas de Hollywood, su lujo está en la rutina y la familia
Este verano los mega millonarios internacionales han paseado sus palacios flotantes por Mallorca, Ibiza y Formentera. Cuanto más rico es el propietario, más grande es el barco, más ostentoso y con más «juguetitos» a bordo en forma de barcas auxiliares, motos de agua y helicópteros que aterrizan y despegan desde la propia embarcación. Y no solo mostrar los lujos materiales que da el pagar sin reparar en gastos, sino competir en quien tiene el «top ten» de invitados a bordo. Y así, en julio y agosto, han desfilado por esas cubiertas del poder económico Leonardo Di Caprio, Naomi Campbell, Tom Brady, Sofía Vergara, Kendall Jenner, Beyoncé, Antoine Griezmann, entre otros personajes internacionales. El dueño de Amazon, Jeff Bezos, y el creador de Facebook, Mark Zuckerberg, con mansiones flotantes valoradas en precios que oscilan entre los trescientos y quinientos millones de euros (o más) han sido los anfitriones de esos personajes a los que han ofrecido vacaciones cinco estrellas. Paradas en los restaurantes de moda a pie de playa, fiestas a bordo y servicio veinticuatro horas para esos amigos triunfadores que sirven de adorno mediático. Para que se hagan una idea, según el dato de una empresa de construcción de este tipo de barcos de recreo, una persona capaz de comprar un yate valorado en diez millones de euros probablemente tenga un patrimonio estimado entre 50 y 100 millones. Teniendo en cuenta que el Koru está valorado en quinientos millones de euros, la cifra del imperio económico del dueño de Amazon es incalculable. Hay que recordar que este velero de cuatro palos sirvió como puesto de mando en su reciente boda veneciana con Lauren Sánchez. Una celebración a la que también asistieron algunos de los invitados que han formado parte del circuito balear.
Este preámbulo sirve de muestra para explicar que hay también otra manera de manejar el poder económico y que no casa con la ostentación descrita más arriba. Amancio Ortega forma parte de la lista Forbes. Esta clasificación que publica anualmente la revista norteamericana incluye a las personas más ricas del planeta. El fundador de Zara e Inditex ocupa el décimo puesto y sus muestras de riqueza podrían equipararse a la de cualquiera de los millonarios que han navegado este verano por aguas de Baleares. La diferencia es abismal. En su caso el denominador común de su vida es la discreción en todas sus variantes. No necesita personajes famosos en su cubierta. Se rodea solo de su mujer Flora, sus hijos, nietos y amigos de su círculo más íntimo.
Cuartel general en Arteixo
Amancio Ortegatiene su cuartel general en Arteixo, su casa familiar en A Coruña y uno de sus barcos el Valoria B en el club náutico de Sanxenxo. Esta localidad es uno de sus lugares preferidos y donde suele pasar fines de semana y las vacaciones de verano. El barco de 47 metros de eslora, tres cubiertas y cinco camarotes alcanza una velocidad máxima de 14,5 nudos y tiene una autonomía de 4.000 millas náuticas. Lo compró en 2018 sustituyendo al anterior, Valoria, adquirido en 2003. Este nombre es un homenaje a su madre Josefa Gaona que nació en Valoria la Buena (Valladolid) a la que el empresario admiraba. En este pueblo pasaba las vacaciones en su más tierna infancia.
La agenda de navegación es muy parecida. El capitán suele dirigir el barco hacia Vigo, la ría de Aldán o la isla de Ons. En esta última, igual que en las Cíes, hay que solicitar permiso para atracar. En verano es complicado porque hay cupo de barcos y Amancio Ortega prefiere navegar en otra dirección. Tiene otro barco en A Coruña, el «Drizzle» (Llovizna), de mayores dimensiones, que suele utilizar su hija para travesías por el Mediterráneo. La embarcación se encuentra en perfecto estado de revista para salir en cualquier momento. Hay gente que se saca fotos sin saber que el propietario es el dueño del imperio textil. Llaman la atención el casco de color azul marino sin una gota de agua y el ancla plateada, impecable. Hay veces que está en la terraza de la cubierta leyendo el periódico. «Si no sabes que es él, piensas que es el abuelo de los dueños, que pasa las vacaciones con ellos», explican socios del náutico. En Sanxenxo están acostumbrados a su presencia, que pasa desapercibida para los de fuera. Mejor dicho, los locales lo consideran uno más del pueblo y, por lo tanto, le saludan como a cualquier vecino. Hasta hace unos años compraba el mismo los periódicos y se tomaba un café en uno de los bares antes de llegar de nuevo al pantalán. En estos paseos se acompañaba de Paco, su perro chihuahua.
Fiel a sus rutinas
Este agosto, el empresario no ha cambiado su rutina. Hay veces que duerme en el barco. Cuando el mar esta revuelto el destino es la ría de Aldán, una zona protegida del viento. El barco echa ancla y parte del grupo familiar suele desembarcar para bañarse en la playa de Arneles. El recorrido puede ser a la inversa para llegar a Bueu a mediodía y almorzar en La Centoleira que se encuentra a pie de la playa de Beluso. Este local de menú casero, pescado y marisco de temporada era uno de los restaurantes que solía frecuentar el Rey Don Juan Carlos cuando participaba en las regatas de Sanxenxo.