
Opinión
Los sábados de Lomana: Del dolor a la duda
"Las declaraciones de Anabel Pantoja debería haberlas hecho un portavoz médico"

Esta semana está terminando con un tema que nos tiene a todos sobrecogidos referente al bebé de Anabel Pantoja. Yo conocía, por gente cercana a ella, que había tenido una crisis que se repitió, pero el parte médico habla de lesiones en el cráneo y cerebro que podían proceder de un golpe. Yo estoy segura de que si algo ha ocurrido habrá sido un accidente involuntario. Puede ser una caída de los brazos o mil especulaciones que se pueden hacer. Un bebé de cuarenta días es muy frágil. Me produce dolor enorme escribir de esto después de los días horribles que han pasado los padres y la familia. Lo lógico debería ser esperar al resultado de un informe médico del Alondra, un programa pionero en Canarias puesto en marcha por la consejería de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud para ofrecer respuesta inmediata a menores.

Personalmente, no me pareció oportuna la comunicación a los medios de Anabel Pantoja que hasta ese momento pedía respeto por su silencio y que todos entendimos y respetamos. Ese comunicado a través de su red social de cabecera, Instagram, estaba lleno de contradicciones y ha conseguido con ello convertirse en una madre cuestionada sin ningún rigor en sus declaraciones. Desde mi modesta opinión, debería haberlas hecho a través de un portavoz médico que con rigor y conocimiento de lo ocurrido hubiera evitado así todo tipo de especulaciones y comentarios de personas que no tenemos ni idea. Otra opción hubiera sido confiar en su defensa legal. Anabel cerró el tema, para todos los que vimos su vídeo, diciéndonos que la niña estaba bien y todos felices en su casa, de lo cual nos alegramos muchísimo y que dejemos que todo fluya. Añado tres puntos suspensivos aquí.
Mi vida últimamente está muy condicionada por la salida de mi cuarto libro que es el más personal, mis memorias. Una confesión en voz alta para quienes a lo largo de los años me lo han pedido. He intentado que sea un ejercicio de honestidad conmigo misma. He superado muchos obstáculos que han aparecido en mi camino y sigo superando otros muchos. He sido capaz de reinventarme muchas veces, de tirar para adelante. El mensaje que quiero transmitir a todo el mundo es que casi todo merece la pena y ser feliz es una cuestión de voluntad, de querer serlo.

Soy una privilegiada en muchos sentidos y no lo oculto. He disfrutado de una vida en primera clase. He conocido y estado con tantas personas interesantes que no me impresiona ya casi nadie. Solo me interesan los intelectuales con su debate sosegado y fundamentado sobre las cosas verdaderamente importantes, personas con las que pueda seguir aprendiendo. Mi libro lo presenta Juan Manuel de Prada, Alaska y Cristina López Schlichting, a los tres los admiro muchísimo y es un honor estar con ellos en este proyecto tan importante para mí.
Quiero que mi vida sea más sosegada, pero en realidad nunca he tenido una agenda tan llena como en estos últimos años. Aunque he decidido continuar más ligera de equipaje centrándome en lo verdaderamente importante, no duden de que seguiré «lomaneando», entiéndanme la broma, y, por supuesto, viviendo. Gracias a todos mis lectores por su lealtad y cariño.
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