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Negocio

The Sibarist, la inmobiliaria que mueve millones en el mercado de casas singulares

Una empresa familiar que en solo diez años se ha posicionado como líder en el mercado de las «casas de autor»

Silvia Hengstenberg, fundadora de The Sibarist@ Gonzalo Pérez Gonzalo Pérez PHOTOGRAPHERS

Cuando los aburridos bloques de hormigón no son una opción, cuando el ladrillo rojo provoca repulsión y las fachadas blancas minimalistas se disfrazan de supuesta arquitectura superior, The Sibarist ofrece alternativas a todo el que quiera –y pueda permitirse– hacer de su casa algo más que cuatro paredes. Se trata de una inmobiliaria boutique de referencia en España y que cada vez cuenta con más clientela internacional. Ubicada en pleno centro de Madrid en un estudio invernadero, su sede resulta paradigmática de las características de su catálogo de propiedades: únicas, singulares y extraordinarias. «Nuestra oficina es muy coherente con nuestro servicio. Es un espacio muy boutique», afirma a LA RAZÓN Silvia Hengstenberg, que en 2014 fundó junto a su madre, Sylvia Girón, un negocio que trasciende las operaciones de compra venta tradicionales.

El invernadero, oficina y sede de The SibaristCedida

Ofrecen también un abanico de viviendas vacacionales y la posibilidad de alquilar sus imponentes casas para rodajes. De hecho, su misma oficina ha sido uno de los escenarios que han dado forma a «La habitación de al lado», la última película de Pedro Almodóvar, y otras muchas propiedades pueden verse en Netflix, ya sea en «Rainbow», un filme de Paco León; «Bienvenidos al Edén», la serie protagonizada por Amaia Salamanca; o «The world’s most extraordinary homes», un documental producido por la BBC que destaca la Casa Levene, la vivienda española más galardonada de los últimos tiempos.

Mercado «secreto»

Los clientes que acuden a The Sibarist reniegan del lujo evidente y la ostentación, tanto que incluso cuentan con un catálogo «off market» cuyos inmuebles solo ofrecen a los compradores más selectos. «Son casas o activos muy señalados, reconocibles en muchas ocasiones, y resta mucha privacidad a los propietarios exponerlos libremente. Por eso quieren que se comercialice de una forma más exclusiva. Hemos tenido desde casas y edificios hasta hoteles, o un palacio. Además, este tipo de propiedades alcanzan precios tan elevados que exponerlos así no ayudaría a la venta. También hay que tener en cuenta que a veces los propietarios son gente señalada, ya sea socialmente o por su posición empresarial, así que quieren que se haga con toda la discreción posible», explica.

No miente en cuanto a las cifras astronómicas que se manejan en este mercado de «casas de autor», en el que se incluye, por ejemplo, el imponente Palacio de Magnolias, una joya indiana que perteneció a la escritora Josefina Aldecoa y por el que pasaron ilustres figuras del siglo XX como Pablo Picasso. Por desgracia para los interesados, ya no se encuentra disponible, aunque ya pueden suponer que no era apta para todos los bolsillos.

Algunas de las mayores operaciones llevadas a cabo por The Sibarist han rondado entre los 10 y 20 millones de euros. «Tenemos un abanico bastante amplio, desde inversores y multipropietarios que compran activos para reformar y vender hasta particulares. Hay mucho latinoamericano y americano, que vienen a Madrid y quieren una primera o segunda residencia. Son los que eligen las zonas más ‘prime’ de Madrid, como Recoletos o Justicia. También hay mucho coleccionista de arte, y el cliente español suele ser empresario o directivo, que están empezando a salir del pleno centro para moverse a otras zonas en alza, como Argüelles o Rosales».