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Cortos

Vanesa Romero reivindica el sexo a partir de los 70: "Pregunté a mi madre cómo eran las relaciones con mi padre"

La actriz dirige un corto sobre una septuagenaria que desea y se permite ser deseada, y presidió un coloquio sobre este tabú junto a Lelo y una reconocida sexóloga

El look de Vanesa Romero. Gtres

Hablar de sexualidad en la tercera edad sigue siendo, incluso hoy, un gesto de auténtica disidencia cultural. En una sociedad que presume de apertura, el deseo continúa teniendo fecha de caducidad en el imaginario colectivo: treinta años, piel tersa y el brillo de lo que se presume vital. Más allá de esa frontera simbólica, la vejez ha sido retratada durante siglos como el territorio de la renuncia: renuncia al cuerpo, al placer, a la intimidad.

Pero el deseo -insisten quienes lo estudian y quienes lo viven- no desaparece: se transforma, madura, se vuelve más lúcido. La generación que hoy cumple 70 años vivió la revolución sexual, el despertar feminista y la irrupción pública de los juguetes eróticos. No son observadores pasivos: son protagonistas de una narrativa que por fin empieza a escribirse sin vergüenza.

Ahí es donde irrumpe Sexo a los 70, el cortometraje coescrito y dirigido por Vanesa Romero, que ya ha arrasado en festivales nacionales e internacionales -incluido su Premio a Mejor Cortometraje Internacional en Mar del Plata- y que ahora compite como candidato a la nominación en la 40ª edición de los Premios Goya. Una pieza luminosa, tierna y profundamente humana que pone en el centro algo casi inédito en el audiovisual español: una mujer de 70 años que desea y se permite ser deseada.

Vanesa Romero en la presentación del corto "Sexo a los 70"Gtres

Romero recuerda con nitidez el germen de la historia: “Estaba en casa, pensando en ideas que necesitaban luz. Hablando con mi madre… no sé muy bien por qué, pensé en cómo serían las relaciones sexuales de mis padres. Se lo pregunté. Nos partimos de risa y, de repente, estábamos teniendo una conversación mujer a mujer. Me di cuenta de que aquello era un tabú y que había que tocarlo. Yo lo hice desde el humor, para normalizarlo”.

La protagonista, interpretada por una descomunal Mamen García, atraviesa una transformación emocional y estética: del duelo gris a la reapertura vital gracias a la complicidad de su nieta. Romero lo explica así: “Al principio todo es más oscuro; la vida es más apática. Luego llega el color, la luz. Me interesaba mostrar ese renacer. Y ver cómo el público entraba en la historia ha sido lo más bonito: mucha gente me ha dicho que no pudo disfrutar de su sexualidad hasta los 70”.

Sandra Andújar, Vanesa Romero y Valerie Tasso en el coloquio de "Sexo a los 70"Gtres

En su meteórico recorrido festivales, el corto ha cosechado aplausos, premios y un cariño que Romero todavía procesa: “Esto es un regalo. Abrir mentes, normalizar un tema tan tabú… Me da alas para seguir contando historias. El mayor legado sería recordar que el deseo no caduca. La edad es solo un número que no debería limitarnos”.

Un tabú con siglos de historia

Para la sexóloga y escritora Valérie Tasso, embajadora de la jugueteria sexual de lujo Lelo y una de las voces más lúcidas del panorama español, el tabú en la sexualidad sénior es estructural. “Mostramos sin problema cuerpos jóvenes desnudos. Pero hace unos años, una simple publicidad de colchones con una pareja de 75 años semidesnuda fue un escándalo. No estamos acostumbrados a ver cuerpos viejos deseando”, explica.

Y añade: “Hemos hecho de la sexualidad una sola práctica: el coito. Y todo lo que está fuera de ese modelo queda relegado. Pero a los 70 -y a cualquier edad- no debemos perder las ganas de jugar”.

Para Tasso, el deseo no es una chispa eterna, sino un músculo: “La falta de hormonas juega su papel, claro, pero no somos solo biología: somos cultura, entorno, experiencia. El deseo es reactivo y necesita estímulos. Trabajarlo es tan necesario como ir al gimnasio”.

Sandra Andújar, Vanesa Romero y Valerie Tasso en el coloquio de "Sexo a los 70"Gtres

A partir de esa edad, la ternura se convierte en un ingrediente esencial: “La ternura está olvidada en la sexualidad. Curiosamente, es en esta etapa cuando vuelve con más fuerza. Mimarse, reconocerse, aceptar los cuerpos que cambian. Amar desde otro lugar”.

La presión estética, sin embargo, sigue siendo desigual: “Las mujeres cargan con una losa mucho más pesada. Vivimos el duelo del cuerpo desde la menopausia, mientras la andropausia apenas se nombra. Por eso, a menudo prescribo juguetes eróticos: son terapéuticos, ayudan a reencontrarse con el propio placer”.

La revolución más silenciosa

Tal vez la verdadera revolución de nuestra época no esté en la tecnología, ni siquiera en la política, sino en un puñado de mujeres de 70 años que deciden que su deseo sigue vivo. Y que, por primera vez, lo cuentan sin pudor.

Romero y Tasso lo saben: la libertad empieza en la intimidad. Y su mensaje, tan claro como necesario, resuena con una fuerza inesperada en esta España que empieza -por fin- a escuchar: el deseo no caduca; simplemente aprende nuevos caminos.