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Isabel Díaz Ayuso, a los 41: "Me estoy planteando ser madre"

Presidenta de la Comunidad de Madrid

Ayuso en el Metro de Madrid. Foto: Luis Díaz
Ayuso en el Metro de Madrid. Foto: Luis Díazlarazon

Pocos días después de celebrar su primer cumpleaños al frente de le Comunidad de Madrid, la presidenta reivindica el papel de la mujer en cargos de responsabilidad sin que se la juzgue por su aspecto físico.

12: 25 horas del jueves 24 de octubre de 2019. Un Súper Puma blanco del Ala 48 del Ejército del Aire sobrevuela los cielos de la Comunidad que ella preside desde hace 71 días, con el féretro de Francisco Franco en sus entrañas. Nada más tomar asiento para la entrevista, en la terraza del Museo del Traje de la capital, Isabel Natividad Díaz Ayuso (Madrid, 1978) apenas disimula su hartazgo sobre este asunto con un parco «¿y cómo va?», tras el cual, sentencia: «Me parece muy desagradable, pero nada más. Que es estéril, sin más». Ella, poco dada a ponerse de perfil, hoy prefiere saltar este charco otoñal. Ayuso, una desconocida hasta que Pablo Casado la eligió para el puesto el pasado enero, fue investida el 14 de agosto como la presidenta más joven de sus paisanos. Pero, a la vista de la colección de frases suyas compiladas en muchos digitales, parece que hace una eternidad. «Conmigo se han ensañado. No ha habido otra persona en el cargo a la que le hayan hecho ataques más furibundos y constantes». Desde el reciente «busca prohibir las manifestaciones pro independentistas» o el «propone que el concebido no nacido sea un miembro más de la unidad familiar», pasando por el celebérrimo «echa de menos los atascos de las tres de la mañana», su apellido se ha hecho célebre a golpe de TT. En parte por eso y en otra por estricto interés periodístico, a la regente madrileña le planteamos descubrir el ser humano debajo del traje de chaqueta. La felicitamos por su 41 cumpleaños, el primero tras su «coronación», y nos revela: «Lo celebré el 17 de octubre en el 100 aniversario del Metro de Madrid con 130 diputados». Al escucharse contarlo, reflexiona. «En este cargo, te cambia completamente la vida, ganas y pierdes muchas cosas, pero tu vida es totalmente diferente. Ganas la oportunidad de hacer cosas que pueden ser mejores, conocimientos sobre tu comunidad, experiencia. Años de vida por lo intensa de la experiencia. Y pierdes otros momentos a nivel personal». ¿El cargo le ha quitado horas de sueño?, ¿cuánto duerme?, indagamos. «Desde que soy presidenta, duermo peor. Durante la campaña, como un auténtico bebé, pero ya no he vuelto a descansar igual. Porque me preocupan las cosas, lo que cuesta cada propuesta que hacemos... Aunque, a la vez, disfruto mucho con pequeños momentos del día a día, con los ciudadanos...Vivo con absoluta pasión esta etapa. Cuando pase el tiempo, quiero que los madrileños se sientan orgullosos».

El gran deseo de su madre

Le pregunto por los consejos de su madre, viuda desde hace cinco años, ante el meteórico ascenso –hace ocho era número 74 de las listas y hace uno, viceconsejera del efímero Ángel Garrido– y me lo resume en un «ella solo quiere que sea feliz», al tiempo que desmiente que viva bajo su techo, como se ha publicado: «Me independicé con 22 años y cuando vives fuera ya es muy difícil volver a casa aunque la relación sea muy buena, como es mi caso». Tras este pequeño desahogo, empieza a difuminarse la política y a aparecer Isabel: «Soy una persona muy independiente, muy libre, siempre he vivido con pasión, disfrutando al máximo cada etapa –nos revela–. De pequeña, era la que más aprobaba o suspendía; de adolescente fui la que más salió; más mayor, la persona que antes empezó a trabajar y luego la que antes se independizó». Muestra de esa valentía y precocidad es la carta que le escribió a Felipe González con solo ocho años: «Era muy inquieta, me importaba mucho lo que pasaba en la actualidad, me atraía la política y quise dirigirme a la persona que mandaba en ese momento. Me importaba el medio ambiente. Llevo fatal las injusticias y los abusos. El presidente me contestó al poco tiempo dando las explicaciones que uno le da un niño. Que no me preocupara y eso. La carta circuló por la familia y alguien la perdió». ¿Por eso estudió periodismo? ¿Para luchar contra las injusticias? «El periodismo no está para transformar las cosas, está para dar luz. Siempre he querido dar luz, a lo que se ve y a lo que no, pero está ahí. Soy crítica, me ha gustado siempre debatir. Tenía nota para estudiar cualquier cosa, aunque me decidí por el periodismo, donde cada curso cambiaba de horario. Yo soy así. Huyo de las rutinas de manera patológica, no he tenido dos veranos iguales, he cambiado mucho de casa, de destino de vacaciones...». Sin embargo, los que la tratan dan fe de su invariable amor por el barrio de Malasaña, el fútbol o la tauromaquia. Seguimos por aquí. «Me gustan los toros, me gustan los valores que conllevan. Te reconozco que el momento en que están muriendo tampoco me agrada. Pero para mí es una nimiedad para la vida que tiene un toro de lidia, me gusta ver sus comportamientos, sus movimientos, y sabes que no hay nadie como un ganadero para cuidar de sus reses. Ya quisieran muchos animales que los cuidaran así». Madridista de pro, en su perfil de Twitter ya ha confirmado su asistencia al derby aplazado contra el Barcelona tras los incidentes en Cataluña. Se la dejamos botando con esta polémica y Ayuso remata: «Es una lástima que la situación en Cataluña sea tan grave como para que el presidente tenga que ir rodeado de fusiles o que un partido así se deba aplazar, pero es mejor si se puede evitar algún tipo de altercado. Dicho esto, espero que sea una situación excepcional, porque si la política nos va a condicionar todo, aquellos que quieren alterar la vida nos van a ganar la partida». La mañana, que arrancó fría, cede ahora ante un tibio sol. Isabel se destapa entonces con cuestiones más personales: «Yo siempre he querido ser madre y buscar el momento. Y eso significa encontrar con quién quieres tenerlo. Si es solamente una cuestión personal, que tú quieres, acaba con una familia que termina mal. Hay que buscar el quién». Nos confirma que estuvo casada con un tímido «sí», sin más detalles. Y continúa: «Y ahora he vuelto a tener una vida muy estable y tranquila y se dan otras circunstancias para planteármelo seriamente. Me estoy planteando ser madre, sí». Ese quién es Jairo Alonso, con el que compartió adolescencia en sus veranos en Sotillo de la Adrada (Ávila) hasta que hace dos años la amistad dio paso al noviazgo. «Él va a hacer mucho de padre y madre, me da a mí. Tiene toda la pinta», reconoce sonriente. Tras ponderar que «se involucra mucho, me da muchas opiniones, consejos y me cuida mucho», confiesa que «prefiero no exponerle, porque siempre separo la vida laboral de la personal. Además, siempre he sido muy independiente de mis parejas».

presentación en sociedad

Alonso sí la escoltó a los actos del 12 de octubre y eso da pie a hablar de los Reyes: «Tengo muy buen trato con los dos. Conmigo han sido siempre muy amables. Es admirable cómo se entregan. Se les nota muy comprometidos a ellos y a las pequeñas Leonor y Sofía. Llevan una vida sacrificada, de inmensa entrega». A continuación, subraya el papel de la Reina: «Con Letizia se está haciendo una injusticia tremenda. Y el tiempo algún día le dará la razón. Poco se le pregunta y se presupone lo que opina de las cosas. Tiene un gran conocimiento de todo lo que hace y le han dado poco espacio. Y no le reconoce nadie nada. Tiene mucho mérito lo que hace. Esto tiene que ver mucho con el machismo. A mí se me cuestionaba sobre un vestido que llevaba en la presentación de unos consejeros y creyeron que lo importante era la ropa y no el evento. Se nos exigen muchas cosas todo el rato, tengo que estar preocupada de los tacones, de que lo que diga sea adecuado. El tipo de ataques a las mujeres que estamos expuestas se enfoca en arrinconarte y no se te perdona un fallo, ni una palabra. No somos ni mejores ni peores que los hombres, pero a veces tenemos días difíciles, por tu biología, por tus cosas, y llevamos más carga, y nos tendríamos que apoyar más entre nosotras por eso». Apasionada, libre, coherente, respetuosa y con ganas de cambiar el mundo. Con esta forma de vivir, la política está solo de paso en la vida de Isabel: «Me he puesto un tope porque las cosas en la vida hay que vivirlas con pasión. Mi tope son dos legislaturas, ocho años, porque a partir de un tiempo dejas de tener libertad e independencia. Yo no me estoy construyendo un futuro pensando en la supervivencia relacionado con la política». El porvenir para la presidenta de la capital de los seis millones y medio de habitantes se dibuja lejos de la vorágine actual: «Mi idea es vivir en una casita y estar rodeada de 200 animales. Poder disfrutar de cosas que me estoy perdiendo. Quiero viajar y mejorar el mundo, pero también tener parcelas de mi vida que ahora debo dejar a un lado».