
Opinión
El diario de Amilibia: Como por arte de magia
Lo paranormal es normal en la Fiscalía General, y no digamos en el TC, donde Conde Pumpido aspira, ya en el Apocalipsis, a presidir también el Juicio Final que viene

Leo: «El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, borró personalmente los mensajes de su teléfono móvil que busca el Tribunal Supremo para aclarar la filtración de datos de la pareja de Isabel Díaz Ayuso». Leo también: «Los fiscales niegan que la norma esté pensada para casos como este». Ah, las normas y las leyes y las puñetas. El facherío olvida en sus poco veladas sospechas que todo es posible en las mágicas Navidades; parece mentira en gentes tan amantes de tradiciones, nacimientos y reyes magos. Lo paranormal es normal en la Fiscalía General, y no digamos en el TC, donde Conde Pumpido aspira, ya en el Apocalipsis, a presidir también el Juicio Final que viene.
Cuentan las malas lenguas que García Ortiz convocó a los Cazafantasmas de Bill Murray en la Fiscalía y así los ectoplasmas en forma de mensajes pegajosos desaparecieron de su móvil. Absorbidos. El teléfono del fiscal general no debería ser analizado por la OCU ni por los jueces: tendría que ser investigado por los asesores de Iker Jiménez, expertos en ciencias ocultas y nigromancias. Otra probabilidad: también es posible que el móvil del fiscal general fuera poseído en aquellos días de marzo por fuerzas malignas del fisco, y el mismísimo monseñor Bolaños tuviera que realizar un exorcismo para borrar a golpes de hisopo, crucifijo y rosario toda huella del ataque de las fuerzas demoníacas. En fin, mágicas navidades que convierten el piso de lujo que la trama Almada/Ábalos/Koldo pagó a Jessica en «vivienda de empresa».

Y la reducción de la jornada laboral de la Yoli que, como ha profetizado sin despeinarse, en una conquista social que «se va a estudiar en todas las universidades del mundo». También en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, el de Harry Potter.
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