
Opinión
Los prodigios del hermanísimo
La desgana podrá ser utilizada como causa de baja laboral, que será firmada por el psicólogo sociata de turno

Leo un titular prodigioso: «El hermano de Pedro Sánchez va a trabajar “cuando lo necesita”, según declaró a la jueza». No sé como terminará el caso David Sánchez, músico especializado en tocatas y fugas (toca algo en Extremadura, pero reside en Portugal), pero creo llegado el momento de reconocer su histórica aportación a la revolución social de este siglo: ir a trabajar cuando se necesita. Inspirada por David, imagino que la Yoli ya se habrá puesto a la tarea de presentar ante el Apolo de la Moncloa el hito de su revolución social pendiente. Más allá de las rebajas en la jornada laboral, más allá de la semana de cuatro días de curro, incluso más allá del aumento del salario mínimo interprofesional, está ahora el nuevo derecho a acudir a trabajar solo cuando se necesita. O sea, si no se siente la acuciante necesidad de ir a trabajar, pues no se va, y aquí paz y después gloria, sobre todo gloria. No pasa nada.
Además, en el caso de no sentir la susodicha necesidad, la desgana podrá ser utilizada como causa de baja laboral, que será firmada por el psicólogo sociata de turno. Hay más cosas prodigiosas en el caso del hermanísimo. Las dos directoras de los conservatorios de Badajoz que al parecer coordina David Sánchez admiten la desaparición de los mails decisivos en el caso, reconocen que desconocen por qué no se encuentran esos correos (lo de García Ortiz parece contagioso) y dicen ante la jueza no tener relación con el coordinador, que es su supuesto superior. Al prodigio de las desapariciones hay que añadir el milagro de la volatilidad o invisibilidad del coordinador. El caso de David merecería ser investigado a fondo (apariciones, desapariciones, invisibilidad) por los expertos en fenómenos paranormales de Iker Jiménez, siempre que sientan la necesidad de ir a trabajar, claro.
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