Bodegas
Roca Rey entra en el club de vino más prestigioso de España
La Tenada de Valduero, uno de los ocho clubes más destacados de Europa, nombra miembro de honor al genial maestro peruano en una inolvidable visita a las bodegas
El pasado lunes, en un precioso y soleado día de mayo, el torero peruano Andrés Roca Rey, una de las figuras de la tauromaquia actual, tomó posesión de su barrica. Las hermanas Yolanda y Carolina García Viadero, propietarias de Bodegas Valduero, le mostraron los viñedos, una oda a la sostenibilidad, viñedos trabajados con viticultura natural, en la filosofía, desde la fundación de la bodega en 1984, de no pedir a la tierra más de lo que la tierra da de modo natural.
Roca Rey paseó fascinado entre barricas por las galerías excavadas en las montañas cuyas cuevas albergan más de 3.700 barricas y guardan un secreto: el tiempo, ingrediente esencial de los vinos Valduero. Yolanda G.V. le explicó con pasión cómo su Valduero 12 años se elabora con las manos y con la convicción de que «el ingenio humano no puede ser sustituido por la tecnología». «El vino es arte», comentó Yolanda emocionada, cuando recordaba el reciente galardón recibido fruto de su buen hacer: segundo entre los siete mejores vinos del mundo.
El maestro y sus amigos cercanos, después de haber toreado el domingo por la tarde en Valladolid, disfrutaron de un almuerzo en el que se armonizaron los grandes vinos de la bodega con la gastronomía local, el tradicional cordero lechal con el vino de su barrica, Valduero Una Cepa 2019, «un maravilloso y aromático reserva», en sus propias palabras. Terminó el maridaje con una tabla de quesos artesanos locales que degustó en compañía de una copa de Valduero 12 años 2004, segundo mejor vino del mundo.
Yolanda le explicó cómo selecciona los racimos en el viñedo, y le habló de su valiente y poco común apuesta. «Hacer el vino con nuestras manos nos permite firmar cada botella de manera muy personal, entender esta profesión como el arte de convertir cada botella en una experiencia única y artesana», explicó antes de añadir que «he conocido pocas personas como el torero Roca Rey, capaces de expresar tanto con tan pocas palabras».
Por su parte, el maestro peruano, entre vino y vino, explicó a los presentes cómo empezó a torear con menos de diez años en una familia cuyo bisabuelo era ganadero, el abuelo empresario de la Plaza de Toros de Lima, y un tío suyo rejoneador. El arte del toreo corría por sus venas. Fascinado, cató Valduero 12 años consciente de que ha sido clasificado entre los siete vinos más grandes del mundo y disfrutó de las maravillosas sensaciones que éste le aporta, elogiando su excelencia. Impresiona su exquisita educación y su extraordinaria valía y determinación, que hace pensar que su carrera será, como los vinos de la bodega, eterna.
En la tapa de su barrica se puede leer: «Agradecido a ustedes por esta increíble experiencia. Me dijeron que en el amor y en el toreo, despacio se llega más lejos. Y hoy me di cuenta con la historia de Valduero que en la vida y en el mundo del vino, también. Gracias siempre!!». Carolina añadió: «Roca Rey, es un honor contar contigo. Tienes tu casa en Valduero». Una despedida calurosa que queda en un reencuentro próximo: otra inolvidable tarde en Valduero.
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