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Blanca y en botella por Fernando SÁNCHEZ-DRAGÓ

Blanca y en botella por Fernando SÁNCHEZ-DRAGÓ
Blanca y en botella por Fernando SÁNCHEZ-DRAGÓlarazon


No es la primera vez que arremeto contra el líquido al que esa adivinanza, tan manida, hace referencia. Desde hace ya muchos años libro descomunal y desigual batalla contra el tópico, altamente perjudicial para la salud, de que la leche es buena para ésta. Descomunal, porque formidable es el consumo de productos lácteos en Europa, América, India y Mongolia. En el resto del mundo, no. Eso sale ganando.Desigual, porque en España, que es donde se leen mis columnas, se emite cada mes la friolera de once mil anuncios de televisión dedicados a ponderar las miríficas virtudes de la leche. ¿Cómo enfrentarse a semejante lavado de cerebro? Hace cosa de un mes apareció una lucecilla al final de ese túnel blanco. La prensa dio noticia de que, según investigaciones muy recientes, es el manganeso y no el calcio lo que ayuda a combatir la osteoporosis. ¡Alabados sean Dios y la ciencia! Se viene así abajo el mito de que para prevenir esa enfermedad, tan frecuente sobre todo en las mujeres a partir de la menopausia, nada es tan eficaz como la leche. El calcio que contiene ésta era, por añadidura, y ya de por sí, de dudosa utilidad, pues el organismo humano lo metaboliza sólo en dosis irrelevantes. Ahora ya sabemos que, encima, no refuerza la solidez ni la densidad de los huesos. Si va usted, amigo lector, a una clínica puntera en Estados Unidos, pongo por ejemplo, le dirán que se olvide de la leche durante el resto de su vida para mejorar y prolongar ésta. O que la tome descremada, por más que su sabor desmerezca. O, mejor aún, que se refugie en la soja. Es lo que yo vengo haciendo desde antes de que terminara el siglo XX. ¿Hay algo peor que la leche? Sí, la mala leche, como su nombre indica. Quienes la tienen, que en España son legión, quebrantan su salud. No practiquen ese deporte en el que tanto destacamos. La bondad y el buen humor alargan la vida. Tómense ésta con calma. No se enfaden con nadie, no critiquen al prójimo, no lo juzguen y llegarán a viejos.