Argentina

El Gobierno deja en tierra a 4000 inmigrantes

Las cifras del retorno voluntario de extranjeros dejan bien a las claras que es necesario hacer una reflexión sobre la realidad española. La cifra de 100.000 inmigrantes que se acogerían a las ayudas del Gobierno anunciadas por el ex ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, se han quedado en 24.017, según datos de este departamento.

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La falta de una política integral consensuada con las asociaciones de inmigrantes, las instituciones sociales y los países de destino, unida a la crisis económica han llevado al fracaso. La realidad, además, es que hay más de 4.000 extranjeros que han solicitado las ayudas y están en lista de espera por la falta de fondos. Desde la puesta en marcha del plan de abono anticipado de la prestación por desempleo, en 2008, hasta el pasado 31 de diciembre se aprobaron 11.111 solicitudes.

Respecto al retorno social –destinado a personas en una situación económica precaria o de vulnerabilidad social–, vigente desde 2003, ha facilitado el regreso de 12.903 extranjeros, aunque en 2010 se ha producido un descenso significativo. Así, de los 1.821 de 2008 se pasó a los 4.022 de 2009, cifra que debido a la crisis cayó el año pasado casi un 50 por ciento, hasta los 2.213.

«Hemos tenido un parón

La directora general de integración de los inmigrantes, Estrella Rodríguez, reconoció ayer a Efe que en los últimos meses «hemos tenido un parón», pero «esta situación se ha solucionado y ya se han transferido recursos económicos a las ONG que les apoyan para el retorno; queremos en los próximos meses absorber la lista de espera que había».

«Hasta el mes de julio, el ritmo ha sido constante, de 300 personas en cada proyecto de retorno –en el humanitario y en el que capitaliza el paro–; aunque entre julio y agosto hubo una caída del programa por falta de recursos para apoyar los viajes», afirmó.

La directora de integración asumió que se han cometido errores y dijo que es necesario realizar «un análisis crítico del proyecto de retorno» para evaluar cómo está funcionando y plantear reformas para mejorarlo.

De la misma opinión son las asociaciones de inmigrantes, que han criticado duramente la falta de ayudas. Mari Luz Valdivia, coordinadora general de la asociación de inmigrantes bolivianos Acobe, apunta que «no se puede plantear el retorno como una agencia de viajes.

Los extranjeros quieren volver pero no se deciden por las dificultades económicas del país de destino, la falta de recursos o el cambio de rol de la pareja, que en nuestro país ha cambiado sustancialmente. Así, prefieren quedarse haciendo uso de sus ahorros con la esperanza de poder conseguir algún ingreso extra haciendo chapuzas».

Una de las principales demandas de Acobe desde que se pusieron en marcha los planes de retorno es la necesidad de llegar a acuerdos de colaboración con los países afectados. «No se puede gestionar el retorno de forma unilateral. El Gobierno se ha dedicado a poner parches pero no ha solucionado el problema. El pago de un billete de vuelta no es suficiente. Los agentes sociales deben realizar una tarea de acompañamiento para ayudar a cerrar la primera etapa del periodo migratorio, y ayudar a los extranjeros a aprender de las situaciones adversas, a optimizar todo lo aprendido en España y a crear oportunidades en el país de destino», lamentó.

Por ello, Valdivia reclamo al Ejecutivo que «llegue a acuerdos con los Estados implicados para poner en marcha políticas de apoyo a los retornados en materia de autoempleo o media para lograr créditos a interés bajo para iniciar un negocio», dijo.

Raúl Jiménez, de la asociación hispano-ecuatoriana Rumiñahui, explicó que «las ayudas son ínfimas, las prestaciones son insuficientes para que los inmigrantes puedan rehacer su vida».
Según Jiménez, «después de 12 años en España no quieren ser unos fracasados. Lo interesante es que los planes de retorno estén vinculados a procesos productivos. Tampoco ayuda que para acceder a los planes haya que renunciar al permiso de trabajo, de residencia y al empadronamiento. Además, no se ha tenido en cuenta el arraigo familiar, que complica mucho la vuelta. Hay muchas familias con créditos o bienes en España y no tienen la posibilidad de venderlos».

«Hay que dejar claro que el dinero del plan de retorno voluntario lo ha generado el inmigrante durante su etapa productiva y no es el Gobierno el que lo aporta», destacó.

¿Cambio de tendencia?

El fracaso de las políticas migratorias unido al estancamiento de la economía dibuja un panorama complicado para este colectivo, el más afectado por la crisis. Muchos perdieron su empleo durante 2009 y se les está acabando el subsidio de desempleo. Traducido a datos y según la encuesta de Población Activa del último trimestre de 2010, el 30,4 por ciento de los 4,7 millones de extranjeros en edad laboral está sin trabajo (1.095.000), cifra que ya ha sido superada por la de inactivos (1.125.000).

Movimientos naturales

No todos los extranjeros que querían dejar nuestro país han recurrido a las ayudas estatales y se ha producido un movimiento poblacional tan importante como silencioso. El más numeroso ha sido el de suramericanos, un colectivo que se ha reducido de forma importante en el último año. Según datos del Observatorio permanente para la inmigración, a 30 de septiembre, la población de ecuatorianos había caído un 17,32 por ciento, por el 16,45 por ciento de los argentinos o el 11,59 de los colombianos. Precisamente, son los naturales de estos países los que han copado el plan de retorno: Bolivia (2.353), Argentina (1.584), Brasil (1.098), Colombia (889) y Ecuador (843).

En el otro extremo están los europeos, que han aumentado su presencia en España. La lista la encabezan los italianos (13,93 por ciento), seguidos por rumanos (12,2), que durante 2010 se convirtieron en el colectivo más numeroso, con 817.000, por delante de los marroquíes (728.234).