España

El palo y la zanahoria

La Razón
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La acción policial contra ETA no cesa ni en Francia ni en España, algo compatible con la cesión ante el brazo político de ETA; es la vieja estrategia del palo y la zanahoria aplicada desde los tiempos de Rafael Vera en la Secretaría de Estado del Interior. Y parece claro que Gobierno y PSOE desean la legalización de Sortu con la misma intensidad que el final de la banda.
Rechazar y condenar no tienen el mismo significado y eso lo saben perfectamente los integrantes del partido político que la izquierda abertzale pretende legalizar, la propia ETA y el Gobierno. Por eso, el rechazo al plan de atentado contra el lendakari, Patxi López, no tiene valor alguno.
¿Por qué no condena Sortu los crímenes y acciones terroristas habidas o exige la desaparición de su brazo armado si realmente ha interiorizado que violencia y democracia son incompatibles? Si todas las personas de bien tenemos clara esta dualidad incompatible, resulta absurdo que el Gobierno y sus portavoces se dediquen a marear las palabras y, de paso, a crear cierta confusión entre la gente. El nuevo partido tiene dos posibilidades: acabar con la violencia o condenarla sin matizaciones. En cualquier caso sobra la frase pronunciada ayer por Ramón Jáuregui: «Ojalá los tribunales decidan que son legales, porque eso significará con hechos y pruebas que ese mundo quiere integrarse en democracia, que es lo que les hemos exigido siempre». Eso, simplemente, no es verdad. Porque ese mundo ya ha estado legalizado.