Caso Método 3

Sánchez-Camacho ve electoralismo trás la querella contra García Albiol

A poco más de 24 horas del inicio oficial de la campaña electoral en Cataluña, el «fair play» y el «bueno rollo» brillan por su ausencia. Después de que el pasado lunes el juzgado número 2 de Badalona aceptara a trámite la querella de SOS Racismo contra los panfletos sobre inmigración repartidos por el líder del PP en Badalona, Xavier García Albiol, ayer ICV anunció que se presentará también como acusación particular

La Razón
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Es más, diez entidades cívicas y dos sindicatos (CC OO y UGT) presentaron en el Parlament un manifiesto contra «el racismo sin complejos» del PP, con el apoyo del presidente de la cámara catalana, Ernest Benach.

Unas noticias que no han sentado nada bien en las filas populares, que intuyen un cierto electoralismo tras esta querella. Como ya hizo CiU después de que la Fiscalía exigiera la imputación de dos de sus altos cargos por presunta vinculación en el «caso Palau», los populares han decidido insinuar posibles intereses políticos sobre los últimos movimientos de la Justicia.

Pese a las últimas novedades, la presidenta del PP, Alicia Sánchez-Camacho, reiteró ayer su respaldo incondicional a García-Albiol y tachó de «sorprendente» que la querella se presente ocho meses después de los hechos, coincidiendo con la campaña electoral catalana. La líder de los populares criticó también que la Generalitat haya hecho un informe para iniciar acciones legales «contra un representante democrático». «Lo veo muy extraño», afirmó Sánchez-Camacho.

CiU ve la caja «seca»

El tramo final de la precampaña tampoco se presenta más apacible para CiU y PSC. Aunque hasta ahora el líder de CiU, Artur Mas, había decidido hacer oídos sordos a los ataques de los socialistas, ayer el nacionalista decidió no morderse más la lengua después de que Montilla acusara el pasado lunes a CiU de haber dejado un agujero de 3.000 millones de euros en la Generalitat a base de facturas impagadas.

El presidente de la federación nacionalista recomendó una cura de «humildad» a sus contrincantes, convencido de que dejarán las arcas de la Generalitat «secas». «Que no presuman de lo que no se puede presumir. Que tengan un poco de modestia y humildad, porque las finanzas de la Generalitat están como están», afirmó Mas. Al mismo tiempo que Mas intentaba defenderse de los ataques, el número 3 del PSC en Barcelona, Celestino Corbacho, aseguraba que el tripartito dejará «sólo» una herencia de 600.000 euros en facturas impagadas al futuro Govern.