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España la quinta esencia del fútbol

España se ha convertido en sinónimo de fútbol, del mejor fútbol. Su nombre ya quedará para siempre asociado al buen juego y al espíritu de superación que demuestra en los peores momentos.

 
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La selección sub'19 se proclamó campeona de Europa tras una final agónica que se decidió en la prórroga y en la que sobresalió el delantero valencianista Paco Alcácer, que marcó dos goles en ese periodo. El equipo de Ginés Meléndez une así su nombre al de Luis Aragonés y al de Luis Milla. España es campeona de Europa absoluta, sub'21 y sub'19. Se ha convertido en la quinta esencia del fútbol.

Gane o pierda, España puede presumir de ser un equipo fácil de identificar. Es fiel a sus señas de identidad. Ya pueden estar en el banquillo Vicente del Bosque, Luis Milla o Ginés Meléndez. Da igual. Ha alcanzado una etapa de madurez que le hace creer en sí misma y eso se traduce en su manera de jugar. El fútbol español comparte el mismo estilo en todas sus categorías, pero cada técnico aporta sus detalles y se adapta a las cualidades de los jugadores.

Los sub'19 querían emular ayer a la absoluta y a los sub'21, y buscar doblete inédito. Ninguna selección había ganado el Europeo sub'19 y sub'21 el mismo año. Hasta ahora. Porque España vive un momento tan dulce a nivel futbolístico que no hay reto que se le resista. Y, además, ha aparcado sus históricos lamentos y su mala suerte para convertirse en un equipo que se crece en los peores momentos y que resulta letal en los instantes decisivos. El gol de Iniesta, el de Adrián con los sub'21 o los dos de ayer de Paco Alcácer así lo certifican.

El equipo de Ginés Meléndez partía como favorito. Su trayectoria hasta la final había sido casi impecable, con el único borrón de Turquía en un partido intrascendente. En los cruces no había dejado lugar a dudas y había ganado con solvencia. Además, llegaba con un balance de cuatro títulos en cinco finales, frente al debut en una final de los checos.

A pesar de su experiencia, España acusó los nervios de jugar una final y no pudo desplegar su juego hasta que Chequia se adelantó ya en la segunda parte, cuando se olvidó de la situación y empezó a jugar como lo había hecho hasta entonces. El equipo checo hizo gala de todo lo que siempre ha demostrado el fútbol centroeuropeo. Se organizó muy bien en defensa, se vació físicamente y lanzó rápidos contragolpes.

España nunca encontró su ritmo y la pelota circulaba lentamente. Ante la imposibilidad de encontrar huecos, abusó de los balones en largo, materia en la que la defensa checa se mostró infranqueable.

La primera sorpresa de la final llegó en la segunda parte, cuando Krejci batió de disparo cruzado a Edgar Badía y sorprendió a todo el mundo. El tanto despertó a España. Rubén Pardo tomó las riendas por el centro, mientras Gerard Deulofeu lo probaba una y otra vez por banda, pecando a veces de individualismo. El empate llegó a cinco minutos del final por mediación de Aurtenetxe, al que le rebotó un balón que despistó al portero checo. La prórroga era un hecho.

En el tiempo extra, España llevó todo el peso del partido ante una Chequia completamente agazapada. Pero en un despiste defensivo, Lacha se encontró con el gol y evaporaba las esperanzas españolas. Sólo quedaba la heroica, y en eso, la «Roja» o la «Rojita» se ha convertido en una auténtica experta. El hombre del partido fue Paco Alcácer. Ginés Meléndez lo metió en la segunda mitad y su entrada ya había cambiado el curso del partido. Se convirtió en el elemento más peligroso en el área checa.

Alcácer demostró que es un delantero muy hábil y que sabe desmarcarse a la perfección. Primero se asoció con Morata para empatar. Luego, con Rubén Pardo, del que recibió un gran pase que transformó en el 3-2 definitivo. A los checos no les quedó poder de reacción y los cinco últimos minutos hasta sobraron. España es campeona; campeona de todo.


Ginés Meléndez, el gurú
El seleccionador sub'19 (22-3-1950, Albacete) es el técnico que más años lleva trabajando en las divisiones inferiores del fútbol español. Llegó en 2002 a la Federación y desde entonces han pasado por sus manos generaciones de futbolistas como aquella de Xavi y Casillas que fue campeona del mundo por primera vez. Ginés Meléndez asegura que esta generación del 92 es la mejor que ha visto. Su campeonato ha ratificado esta impresión. La semifinal (5-0 a Irlanda) y la final han confirmado que España manda en Europa.