Bruselas
Cameron se aleja de Europa
El líder británico abre la puerta a un referéndum sobre la UE para atraer a los euroescépticos, aunque admite que Reino Unido necesita el mercado común
MADRID- El primer ministro británico tiró ayer de columna para dar su consentimiento a un futuro referéndum sobre la pertenencia del Reino Unido a la Unión Europea, el polémico y eterno asunto que divide a los «tories». Lo hacía escribiendo un artículo en el muy consevador diario «The Sunday Telegraph», en unas líneas en las que aseguraba que no está en contra de la consulta sobre Europa, pero que considera debe hacerse en el momento adecuado. Explicó que antes de restringirse a sólo dos posiciones –«dentro» o «fuera», como las que ofrecería una consulta popular–, es necesario tener claro «cuál es la mejor forma de conseguir lo que necesita Reino Unido». Para eso, señalaba Cameron, hay que determinar «qué nos interesa de la Unión Europea».
Consciente de la repercusión de sus palabras en el resto del continente, instó a tener «paciencia táctica y estratégica», ya que la Unión Europea está atravesando momentos difíciles. Unas turbulencias que, a su entender, conllevarán en el corto plazo una mayor integración de las naciones que la conforman. En ese contexto, es de gran interés asegurarse el acceso al mercado único. Es decir, Cameron advirtió a los más euroescépticos de sus conciudadanos de que el fin –el acceso a los mercados europeos– quizá justifique los medios, la permanencia de la isla como parte de la UE.
Presiones internas
«Como nación comercial, el Reino Unido necesita acceso directo a los mercados europeos, y voz en cómo se escriben las reglas de esos mercados», señalaba el líder conservador. Pero Cameron también ha querido dejar claro que no está de acuerdo con quienes –especialmente dentro del Partido Conservador– quieren salir inmediatamente de la Unión, ya que ello «no va en el interés del país». Por otra parte, también advierte de que un resultado a favor de quedarse en la UE cerraría la puerta a largo plazo para los partidarios de rescindir los vínculos con el continente.
Ante las declaraciones de Cameron, el ministro de Asuntos Exteriores, William Hague, aseguró que buscan la oportunidad de tener una mejor relación con Europa. Ese tiempo llegará, declaraba Hague, cuando sepan cómo van a desarrollarse las cosas dentro de la UE. Por su parte el portavoz del Ministerio, Douglas Alexander, sugirió que el primer ministro hace estos anuncios para manejar a sus diputados «euroescépticos» y no en el interés británico.
Hay que recordar que Cameron ha resistido durante varios meses a las presiones internas dentro de su partido para que avanzara la convocatoria de un plebiscito sobre el europeísmo de Reino Unido. No obstante, siempre ha apelado a la moderación. Hasta que la semana pasada más de cien parlamentarios conservadores escribieron a Cameron exigiendo que Londres renegocie su relación con la UE. El «premier» les responde en este artículo afirmando que, en su opinión, las palabras «Europa» y «referéndum» pueden ir juntas, y que él, al igual que la «gran mayoría del pueblo británico», quiere cambiar las condiciones de las relaciones de Reino Unido con la Unión Europea. Recordó que al iniciar su mandato en el año 2010 introdujo una ley que obliga a convocar una votación popular en caso de que se traspasen poderes a Bruselas. Precisamente, Londres ya rechazó secundar el pacto fiscal acordado por la UE el año pasado.
La UE a dos velocidades
Europa camina hacia una mayor unión fiscal y bancaria, pero las reformas sólo afectan a los diecisiete estados miembros del Eurogrupo. La pregunta que surge en Bruselas es cómo se articulará la relación con los diez países miembros de la Unión que están fuera de la moneda única y que a partir de ahora no participarán de las reformas, como es el caso de Gran Bretaña. La Europa de las dos velocidades se vuelve a abrir paso.