Río de Janeiro

Juan Espadas ofrece «cambio» sin renunciar al legado de Monteseirín

El aspirante socialista promete que se quedará en el Ayuntamiento aunque no pueda gobernar en 2011.

Juan Espadas se aleja de «quienes sólo buscan culpables», en referencia al PP y Zoido
Juan Espadas se aleja de «quienes sólo buscan culpables», en referencia al PP y Zoidolarazon

SEVILLA- Después de meses mostrándose reticente a admitir el destino político que el PSOE le tenía reservado, Juan Espadas proclamó ayer que «acepto el reto y quiero ser el próximo alcalde de Sevilla». Para conseguirlo, el nuevo candidato socialista se mueve en un delicado equilibrio entre la renovación y la continuidad, reconociendo que los ciudadanos están reclamando «un cambio» al que su partido está dispuesto a adaptarse, pero sin renunciar a la «herencia» de los gobiernos de Alfredo Sánchez Monteseirín. Con la secretaria regional de Organización del PSOE, Susana Díaz, a su izquierda y su responsable provincial, José Antonio Viera, a la derecha, el aspirante agradeció la confianza unánime de los socialistas en la «opción Espadas», con mención especial para «Pepe Griñán», su líder andaluz y principal valedor.En su presentación en sociedad, Espadas se refirió mucho y pronto al gran adversario, el Partido Popular, recalcando que «a diferencia de otros que dicen ver la ciudad con ojos de alcalde, yo quiero ver la ciudad a través de los ojos de los ciudadanos, con sus ilusiones y decepciones».«Quiero ser el alcalde de los ciudadanos, más que de la ciudad», insistió, por lo que su primer objetivo es «escuchar». Hoy mismo, según anunció, inicia los contactos con las agrupaciones socialistas de cada barrio, para conocer sus problemas específicos y elaborar «no un programa electoral, sino once».Con esta «estrategia» pretende ofrecer «un proyecto ganador» nuevo pero que «recoja el testigo de los tres mandatos» de Monteseirín, un periodo «con grandes aciertos y algunos errores, pero que ha dado como resultado una ciudad en la que los sevillanos están orgullosos de vivir».Espadas reconoció que «las prioridades han cambiado» y el PSOE debe adecuar su oferta al «nuevo modelo económico y social» que demanda la población; pero insistió en defender la «herencia de tres legislaturas» y plantear un proyecto «ambicioso que recoge el testigo» de Monteseirín, con «inteligencia para valorar lo hecho mirando al futuro».De hecho, evidenció su intención de eludir cualquier polémica municipal, desde la crítica situación económica del Ayuntamiento hasta las denuncias de corrupción, aclarando que «no me voy a convertir en el censor del Gobierno local. No seguiré el juego al PP». Es más, se revistió de «prudencia» ante la gestión municipal, con la idea de que «mi labor como candidato no obstaculice el funcionamiento del Ayuntamiento».Por si quedaban dudas, zanjó la expresiva ausencia de Monteseirín en su presentación reclamando «un respeto mayor para el alcalde», argumentando que está en Río de Janeiro «representando a la ciudad y a la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias)» en el III Foro de la Alianza de Civilizaciones.Otra vez en referencia a los populares y a la «ansiedad ciega» de su candidato, Juan Ignacio Zoido, por gobernar, el dirigente socialista pidió «unidad ante la crisis económica, no confrontación», así como «una campaña limpia que prestigie la política».Mientras llega ese «cuerpo a cuerpo» electoral, Espadas se reivindicó como el «mejor candidato disponible» por la cohesión interna en torno a su figura y «sin improvisación», porque «hay gente muy competente en el PSOE».Incluso tuvo tiempo de lanzar sus primeras promesas como aspirante socialista a la Alcaldía, anunciando que «si no gano, yo sí que me quedo. Conmigo sí pueden contar los sevillanos». De pactos con Izquierda Unida prefiere no hablar: «Ni me lo planteo, porque no contemplo otra posibilidad que ganar».