Zapatero cierra un país en crisis y ya le odian

El aliento que concede el intangible de la sorpresa amable se me fue desvaneciendo según llegaban twitts de la masacre que se vivía en el mundo real. La expresión que lo resume es «la gente siente ya la crisis total». Para mí, que empieza a haber odio hacia Zapatero. La sospecha de que los que disponen en el Planeta Tierra tienen un concepto muy deteriorado de España –oséase: que ya no nos fumamos un puro con los pies encima de la mesa entre los poderosos–, y que nuestro presidente con rango de ex presidente pinta menos que un pepino, lleva a algunos twitteros a preocuparse. Dio el dato @almudenanegro: «Los hospitales públicos deben 5.192 millones de euros en medicamentos»; abundó Javier_Romera: «La venta de viviendas se desploma en su peor trimestre registrado. La caída es del 50% ¿Alguien se acuerda de los brotes verdes de Salgado?», y dio la puntilla @lorenzoamor_ata: «Los AUTONOMOS han adelantado 1638 millones de IVA facturado y no cobrado.

La Administración nos está sangrando como sanguijuelas». La imagen del abrazo leve de aquella mujer estilizada con sonrisa blanca se me fue desvaneciendo. En esa canción dedicada a «una mujer con sombrero», escribió Silvio Rodríguez: «Los amores cobardes no llegan ni a amores ni a historia, se quedan ahí: ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar». Y me quedé asustadizo, que es difícil seguir de valiente con la que cae. @sonsolesonega twitteó lo que el futuro presidente le estaba diciendo al jefe del candidato socialista: «"Sin confianza y sin crédito es imposible la recuperación española", dice Rajoy. ZP s enfada y l reprocha q no ayude a generar esa confianza». No describió la carita de muerto que pasea el zombi leonés. Entre todo el pesimismo, me entró en el TL un chiste de @romerocardenas: «Fijate si está la cosa mal q mi hijo iba hacer la 1ª comunión de marinero y la va hacer de náufrago. #crisis». Me sonreí y, después, creó que abundé en un abatimiento sin piropos. Zapatero nos ha llevado a la ruina y me dicen que no hay forma de juzgarle. A veces, me da por ser islandés.