Educación

OPINIÓN: Integridad política

La Razón
La RazónLa Razón

María Jesús San Segundo deja a la sociedad española un importante legado humano y profesional por el que la recordaremos siempre. Una mujer comprometida con la educación y con el servicio público desde el ámbito académico y desde la responsabilidad política. En ambos espacios tuve la oportunidad de poder compartir ideas, proyectos e iniciativas con ella. A lo largo de su trayectoria académica desarrolló gran cantidad de trabajos e investigaciones sobre economía de la educación e igualdad de oportunidades.

A ello hay que sumar sus tareas docentes en las universidades del País Vasco y la Carlos III de Madrid, donde también formó parte del equipo de Gobierno como vicerrectora de estudiantes. Fue nombrada ministra de Educación en el primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tras la victoria electoral del PSOE en el año 2004.

Su gestión coincidió con la asunción de importantes retos políticos en relación con el sistema educativo español y en los que María Jesús San Segundo tuvo un papel destacado. La aprobación de la actual Ley Orgánica de Educación, la modificación de la LOU, los primeros planes de refuerzo y apoyo educativo, un plan nacional de convivencia e importantes consensos sindicales, se fraguaron durante su etapa como ministra. Pero por encima de todo ello, deseo resaltar su enorme calidad humana, su integridad política y profesional, y su vocación de servicio público. Y sobre todo porque encarnó los valores progresistas de solidaridad y de justicia social de una sociedad avanzada como la española.