Barcelona

Mas augura que la relación con el resto de España será cada vez más fría

Cree que PP y PSOE actúan con una «soberbia» que «tiene consecuencias» 

Almunia y Mas, ayer en las jornadas de Esade en Món Sant Benet
Almunia y Mas, ayer en las jornadas de Esade en Món Sant Benetlarazon

 Todo presidente aspira a marcar los tiempos de su acción de gobierno. Artur Mas comenzó su mandato poniendo el acento en la necesidad de equilibrar las cuentas de la Generalitat, una tarea hercúlea que precisa varios años. Mas es consciente de que este propósito va a condicionar toda la Legislatura, pero no quiere que los recortes monopolicen toda su ejecutoria. Por eso, el presidente de la Generalitat aprovechará el debate de política general que comienza esta tarde en el Parlament para sacar brillo a la propuesta estrella con la que se presentó a las elecciones, la del pacto fiscal en la línea del concierto económico.

No es extraño que Mas devuelva hoy al primer plano este proyecto. La precampaña de las elecciones generales ya está en marcha y el pacto fiscal va a ser uno de los hilos conductores del discurso del candidato de CiU, Josep Antoni Duran Lleida. Además, sólo falta un mes para que la comisión parlamentaria que estudia el pacto fiscal concluya sus trabajos. El contexto es inmejorable para que el presidente de la Generalitat salga a la tribuna a hacer proclamas sobre el autogobierno y el futuro de Cataluña.

Ya ayer ofreció un aperitivo. Desde el Monasterio de Sant Benet de Bages (Barcelona), donde participó en unas jornadas organizadas por Esade, Mas lamentó que las instituciones estatales actúen «pisoteando las aspiraciones catalanas». Así se refirió a la falta de amparo que, a su entender, ha seguido a la sentencia del Estatut. También puso en el mismo saco la reforma de la Constitución, que CiU no aprobó argumentando que PP y PSOE no buscaron la negociación.

Todo ello sirvió al presidente de la Generalitat para acusar al Gobierno y al PP de tener «la soberbia» de pensar que «los demás están para obedecer». Mas se rebeló contra esta actitud y concluyó que este comportamiento «tiene consecuencias», las cuales se pueden traducir perfectamente en que la relación entre Cataluña y el resto de España sea tan solo de «intereses». «No será de confianza ni de estima», alertó.

La confianza de Pujol

De hecho, el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol está empeñado en preparar el terreno para distanciarse progresivamente del resto de España. En el marco de la mismas jornadas, Pujol avisó a Mas de que tendrá tomar decisiónes «muy comprometidas» en este sentido. «Se ha acabado mi confianza y la de mucha gente», dijo.
 

Estabilidad por ley
El Gobierno de la Generalitat aprobará hoy en su reunión semanal un proyecto de ley de estabilidad presupuestaria, uno de los compromisos que asumió con el PP, muy molesto porque no ha cumplido muchos de ellos. La ley fija en el 0,14 por ciento del PIB el déficit máximo en 2018, dos años antes de la normativa estatal.