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Andalucía

Epicentro en la construcción por Manuel PRIETO

La Razón
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Que un terremoto menor derribe o cause graves daños en al menos un 15 por ciento de las casas de Lorca sólo puede significar dos cosas: que los terremotos pequeños también pueden derribarlas y hay que tenerlos en cuenta y que muchas de las casas construidas en estos últimos años ni siquiera los resisten. Esa es la evidencia simple de lo ocurrido en Murcia. No hace falta tener muchos estudios para comprenderlo porque las imágenes aún calientes demuestran los hechos y superan con su tozudez cualquier artificio retórico de posterior justificación al respecto. Aún así, el Gobierno ha comprometido una investigación sobre el grado de cumplimiento de la normativa en lugares con potencial riesgo sísmico que, como es habitual, se sustanciará en el consabido informe que servirá para enredar aún más las cosas y diluirá las responsabilidades en un ovillo de parcialidades difusas. Los papeles, una vez más, acudiendo en auxilio de la realidad para tratar de suplantarla.

Todos sabemos lo que ha sido la construcción en los últimos años. Cualquiera de nosotros podría poner mil ejemplos de las anomalías detectadas mediante su propia experiencia doméstica y aún así se quedaría corto con las que le llegan por referencias indirectas. Yo mismo puedo contar el día que con la punta de una pala arranqué de cuajo el cable del suministro general eléctrico en el jardín de mi casa intentando plantar una maceta. Ni a cinco dedos bajo tierra se había tirado aquel cable aunque, naturalmente, lo que sobre él se decía en la memoria de construcción era todo un compendio de ingeniería sobre medidas en pulgadas, tubos corrugados y protecciones varias que, por supuesto, se infringían con la evidencia más descarada.

Doscientas viviendas en Murcia acaban de desaparecer ahora. Cada una con su correspondiente hipoteca, con su correspondiente desgracia. Nueve muertos y miles de personas en la calle que dicen que representarán el antes y el después en el futuro de la construcción. Y es por eso que, precisamente hoy, he recordado la historia que recientemente me contaban sobre los muros de contención que se construyen en Andalucía para evitar las inundaciones. Son obras multimillonarias que, en algún caso, actualmente se ejecutan sin proyecto técnico y sin más memoria que el presupuesto genérico por el que las constructoras van facturando cada concepto: movimiento de tierras, tuberías, mano de obra, pero nada de calidades, nada sobre lo que se hace ni por supuesto sobre futuras garantías o responsabilidades. Tome nota también el mismo que vaya a hacer el informe de Lorca.