Literatura

Estreno

José Sacristán: «Don Quijote hoy estaría viendo "Los Soprano"»

José Sacristán: «Don Quijote hoy estaría viendo "Los Soprano"»
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José Sacristán ya había sido Don Quijote en «El hombre de la Mancha». El actor repite en la piel del hidalgo cervantino en un registro diferente entre el 5 y el 8 de julio. Abrirá el Festival de Almagro con «Yo soy Don Quijote de La Mancha», un nuevo texto dirigido por Luis Bermejo que ha escrito José Ramón Fernández a partir de la novela cervantina con tres personajes: Don Quijote, Sancho y Sanchica.

-¿Pepe Sacristán es Don Quijote?
-Ya me gustaría tener, como Don Quijote, esa grandeza de no pararme a pensar en los obstáculos con los que me voy a enfrentar con tal de defender unos principios y unas ideas. No voy tan lejos. Por eso estoy haciendo esta función, porque creo que ese mensaje conviene mandarlo. Pero me reconozco bastante también en Sancho Panza, seguramente por ser de Chinchón.

-A estas alturas, ¿sabemos bien quién es Don Quijote o es un gran desconocido pese a todo?
-La figura es perfectamente conocida; la novela, seguramente, no tanto. No sé si todo el que dice que se la ha leído lo ha hecho. Pero la figura es universal, ha trascendido a través, no ya de la novela, sino de las películas, los musicales...

-Es una novela amplia. ¿Cabe y funciona en una obra de teatro?
-José Ramón elegido los pasajes que más podían servir al propósito de la función, tratando de no descuidar los más tiernos. No se ha pretendido hacer un espectáculo con esa solemnidad, a veces sospechosa, que se aplica a la lectura de la novela.

-A pesar de eso, ¿están los molinos, la venta, el episodio del vizcaíno...?
-Están los batanes, los azotes, y, por alusión, los molinos. Es un espacio muy sugerente en el que se trata de reproducir las Tablas de Daimiel. La cuestión de fondo es que Don Quijote sigue siendo un referente, un personaje que tenemos que dar a conocer, y lo hacemos desde tres perspectivas.

-¿Nos enseña algo hoy el «Quijote»?
-Nos pone delante de las narices una serie de evidencias que tienen que ver con la impunidad, el trapisondeo y la cochambre moral en la que nos estamos moviendo, frente a este hombre que no se paraba a pensar en qué riesgos podía correr con tal de salir en defensa de los demás. Sin pretender dar doctrina, porque ya no estamos en tiempos de eso y nunca me ha gustado convertir el escenario en un púlpito o una tribuna, pero, a través de la palabra tratamos de poner delante del personal el espejo de una figura en la que convendría irse reconociendo.

-Hoy lo tendría muy difícil. Si con unos molinos salió mal parado, imagíneselo cargando contra los mercados...
-¡Sí, los mercados y los mercaderes! El primer problema, ya en la novela, son los vecinos,los seres queridos y cercanos, que tenían lo suyo. Hoy, Don Quijote se encontraría con amas, sobrinos, barberos y curas a su alrededor que también le harían chamusquina sus trescientos volúmenes.

-Aunque hoy ya no serían libros de caballería, sino... ¿series de la HBO?
-Sí, estaría viendo «Los Soprano».