Champions League

Bruselas

Superfinalista por Julián GARCÍA CANDAU

La Razón
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El Atlético dejó escapar la gloria a falta de veinte segundos del final del partido en Bruselas frente al Bayern Múnich. Luis Aragonés había batido a Maier en tiro de libre directo y Schwarzenbeck, en el último suspiro, logró la igualada que obligó a disputar el desempate en el propio Heysel. El segundo partido no lo aguantó físicamente el equipo rojiblanco y regresó vencido tras una temporada extraordinaria, en la que había superado las eliminatorias con brillantez.

Hoy no está en juego un torneo de idéntica categoría, pero suficientemente deseado por todos los grandes clubes europeos. Esta vez, el adversario es el Fulham, equipo que no forma parte de la élite de su país, pero al que hay que conceder un mínimo de categoría, dado que ha llegado a la final y ello no se consigue de casualidad. El Atlético tiene la oportunidad de reivindicarse tras la irregular campaña en la Liga. Cayó en la Liga de Campeones sin haber mostrado posibilidades de seguir adelante y con notorios altibajos ha alcanzado también la final de la Copa del Rey. En dos miércoles puede lograr dos éxitos que no podían formar parte del proyecto de la actual campaña.

Quique Flores suplió a Abel y pasó apuros, porque al equipo le costaba remontar. Mantenerle en el cargo fue decisión acertada. Aunque Sabina hable de la manera de sufrir y palmar, el Atlético es, de momento, feliz por las dos finales.