Elecciones generales

Una mujer camino a la Alcadía

La Razón
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Ayer dio comienzo la cuenta atrás en el camino de Ana Botella a la alcaldía de Madrid, cuando Gallardón decida que ha llegado el momento de asumir otras responsabilidades y deje el Ayuntamiento sin agotar, ni mucho menos, el mandato recién iniciado. Ayer, Gallardón era investido alcalde por tercera vez consecutiva, y ayer Ana Botella era investida por Gallardón como la persona fuerte de su gobierno, añadiéndole nuevas competencias y responsabilidades a su delegación de Medio Ambiente. Conserva su rango de segunda teniente de alcalde, pero fue la número 2 de la candidatura municipal, y eso es muy significativo. Cuando en las elecciones municipales de 2003, debutó en política activa en la candidatura del PP al Ayuntamiento de Madrid, algunos interpretamos que siendo la esposa del presidente Aznar se intentaba taponar con su presencia en la listas la posible fuga de votos de los votantes más radicales del partido que podría suponer la candidatura del «progre» Gallardón a la alcaldía de la capital. El tiempo ha demostrado que Botella ni era un florero presidencial, ni la tapadera de una posible fuga de votos, porque ha resultado ser una trabajadora infatigable que primero, en el área de Asuntos Sociales y después en Medio Ambiente, se ha manifestado como una buena gestora y su nivel político ha ido creciendo día a día, al tiempo que su presencia mediática ha roto cualquier duda sobre su capacidad de comunicar. Ayer el alcalde la ungió con nuevas responsabilidades y es el posible que asistiéramos al bautizo de la candidata al sillón municipal. Si así fuera tendríamos la primera mujer alcaldesa en la historia de Madrid, haría la número 232 de la lista de regidores de la villa y corte. Sé que ella cree en la buena suerte, pero también, en la recompensa al trabajo bien hecho. Son demasiadas coincidencias como para no adivinar que ayer, en el viejo caserón de la Casa de la Villa, empezaba a escribirse la crónica de un futuro inmediato.