
España
Se descubre el farol por Fernando NAVARRETE

El Gobierno, con su anuncio de marcha atrás en los límites al endeudamiento de los Ayuntamientos, proclamó ayer a los cuatro vientos lo que muchos (dentro y fuera de España, del mundo de las finanzas y de la política) se temían: que el Ejecutivo socialista no cree en los beneficios para la sociedad de la estabilidad fiscal y que no ha aprendido la lección de sus propios errores. Se demuestra así que todo el activismo desarrollado en política económica desde que se recibió en mayo el ultimátum desde la UE, no ha sido más que un intento de hacer lo mínimo imprescindible para no propiciar la caída del Gobierno como consecuencia de un eventual corte radical en la financiación internacional al conjunto de la economía española.
Tras unas semanas en las que aparentemente se había dejado atrás este peligro, y animado por un aumento en gran parte coyuntural de los ingresos tributarios, el Gobierno ha decidido supeditar la economía y el crédito de España al electoralismo. Ya dio una primera muestra de ello con la marcha atrás en el recorte del gasto a cuenta de algunas infraestructuras en lugares electoralmente delicados de cara a las próximas elecciones autonómicas y locales. Ahora ha tocado relajar las condiciones de endeudamiento de los ayuntamientos para evitar que los ciudadanos puedan visualizar (y votar en consecuencia) los resultados de una política de gasto público desmesurado durante los últimos años de la bonanza. El precio es un agujero mayor para el futuro, la pérdida de credibilidad de la política económica y consolidar estructuralmente, vía primas de riesgo, unas condiciones de financiación muy onerosas para el conjunto de la economía española que resultarán letales a medio plazo.
Fernando Navarrete. Director de Economía de FAES
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