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Asturias

Rubalcaba duda si ser candidato en las próximas generales

Se aferra a la secretaría general pero medita sobre las próximas generales. Pide calma hasta las europeas, que considera el verdadero test nacional

Alfredo Pérez Rubalcaba sí acudió ayer a la sesión del Congreso de los Diputados para contestar al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que presentaba los Presupuestos Generales del Estado larazon

MADRID- Está tocado, pero no hundido. El secretario general del PSOE ataviesa un mal momento. Le han llovido las críticas internas; le han puesto en la picota de todos los medios; se siente decepcionado y a la vez incomprendido porque nunca antes a un secretario general, arguyen desde su entorno, se le ha medido por el resultado de unas elecciones gallegas. Pero «nadie dijo que fuera a ser fácil». La frase es del propio Rubalcaba y fue la respuesta apresurada que dio a este periódico en una escalera del Congreso. No dijo más, salvo que hoy comparecerá, finalmente, para valorar el resultado del 21-O. La presión político-mediática ha podido más que el calendario previsto por el líder del PSOE, que no tenía intención de analizar los resultados en público hasta después de la Ejecutiva Federal del próximo lunes.

Una vez acabe hoy el debate presupuestario, tiene previsto abrir una ronda de contactos con los diferentes barones para esbozarles la hoja de ruta a seguir en los próximos meses, que pasa por intensificar el ritmo para la puesta a punto de la socialdemocracia española.
Rubalcaba ya ha intercambiado impresiones con algún secretario general, a quien no ha ocultado la decepción y el mazazo que ha supuesto para él la derrota del domingo. «El 21-O le ha colocado frente al espejo de la realidad hasta el punto que la misma noche del domingo aceptó que le será imposible desprenderse de la pesadísima losa de sus años en el Gobierno de Zapatero», reconoce uno de los barones socialistas. El próximo domingo Rubalcaba tiene previsto verse con los secretarios generales que están en la Ejecutiva –Andalucía, Asturias, País Vasco y Castilla-La Mancha– para informarles de sus planes, que no pasan en ningún caso por dimitir como secretario general. Está convencido de que lo mejor para el PSOE es cumplir con el mandato que le dio el Congreso Federal de Sevilla y pilotar la necesaria transición-revolución que necesita el partido. Los acontecimientos y probablemente su entorno más cercano le llevaron a pensar que podía repetir como cartel electoral en 2015, y así lo explicitó a sus más próximos a la vuelta del verano. Esta impresión ha variado, no obstante, tras la debacle del domingo. Ahora Rubalcaba también cree que su pasado y su dilatada experiencia pueden llegar a ser un problema y no la solución que necesita el PSOE. Y parece dispuesto a dar un paso atrás cuando se convoquen primarias a la Presidencia del Gobierno, un debate que a su juicio no debería abrirse hasta las elecciones europeas de 2014. Motivos: primero, porque será el único test nacional que mida el pulso del partido y segundo, porque elegir un candidato hoy tiene el riesgo de que sea achicharrado antes de las generales.

Hasta 2014, la dirección federal desplegará un intenso calendario que pasa por la celebración de un Comité Federal –máximo órgano entre congresos– entre diciembre y enero y una Conferencia Política orgánica e institucional en la que se planteará una revisión a fondo del modelo político-institucional de España, en la que Ramón Jáuregui trabaja desde hace meses con un equipo de más de 300 expertos. La cita será entre marzo y abril de 2013. Después y sólo después, en 2014, vendrían las primarias y la elección de candidato. Y lo dicho: Rubalcaba hoy está dispuesto a no pujar por el cartel electoral. ¿Mañana? Ya verá.

 

El atajo y los aplausos
Era el más esperado de la jornada. Estaba ausente y desaparecido. Rubalcaba no ha valorado aún la sangría que el 21-O ha supuesto para el PSOE. Y no pensaba hacerlo hasta el lunes. Pero cuando entró ayer por los pasillos del Congreso, y quizá para quitarse los micrófonos de encima, se comprometió a una comparecencia para hoy por la mañana. Tiene la habilidad este líder de escabullirse cual anguila por los pasillos de la Cámara. Será su cuerpo menudo, será la práctica de años, será que a su despacho se accede por una escalera interior de Palacio que a veces le hace de atajo para esquivar a la prensa en momentos delicados. Pocas alegrías ha tenido el secretario general del PSOE estos días. Al menos, sus diputados le dedicaron calurosos aplausos cuando subió a la tribuna. Algo es algo.