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Las bolsas vaticinan recesión

Nuevo capítulo de la crisis: la deuda de EE UU provoca otro batacazo en los mercados mundiales / La avalancha de malos datos hace temer una segunda recesión

Momento en que la bolsa caía un 4 por ciento a media mañana
Momento en que la bolsa caía un 4 por ciento a media mañanalarazon

Otro dique desbordado. El plan lanzado el miércoles por la Reserva Federal para estimular la economía, consistente en canjear casi 300.000 millones de deuda a corto plazo por bonos a largo plazo para mantener los tipos bajos y que el crédito fluya, no ha logrado contrarrestar la avalancha de malos datos que hace temer una nueva recesión. El paquete fue mal recibido ayer por los mercados, a los que, según apuntaban los analistas, preocupa más el cúmulo de pésimos indicadores que se están acumulando en los últimos días y que apuntan a la tan temida recaída que la falta de liquidez. Lo que ahora quieren los mercados, a decir de los expertos de Atlas Capital, son «soluciones concretas y cuantificables» al cúmulo de problemas que se están sucediendo.

Pánico
Llevados por el pánico, los inversores están deshaciendo posiciones y vendiendo con inusitado furor. Ayer, los principales parqués europeos registraron pérdidas superiores al 4,5%. La más afectada, París, se dejó un 5,31%. La menos perjudicada, Milán, retrocedió un 4,52%. El selectivo español, el Ibex 35, cayó un 4,62%, su cuarta peor sesión del año, y cerró la jornada en 7.830 puntos. Nueva York se desplomó un 3,51% y perdió los 11.000 enteros.

El sector financiero volvió a evidenciar su delicada situación. En especial el francés, que, junto al alemán, es el más expuesto a la deuda de Grecia. Société Générale (-9,57%) y Crédit Agricole (-9,49%) fueron las entidades más castigadas. En España, BBVA retrocedió un 5,46% y Santander, un 5%.

Las entidades financieras no fueron, sin embargo, las únicas grandes damnificadas de la jornada. La siderúrgica ArcelorMittal se desplomó más de un 8,8% tanto en Madrid como en París ante el temor a un parón de la industria mundial que ayer acrecentaron un par de datos: las malas cifras de la actividad manufacturera de China y Europa en septiembre, que apuntan a una contracción de la actividad industrial, y la revisión a la baja de las previsiones de la empresa de mensajería FedEx, considerada como un barómetro de la actividad económica al tratarse del gigante mundial del tráfico aéreo de mercancías. El petróleo tipo Brent, de referencia en Europa, también bajó un 4%, hasta tocar los 105 dólares el barril, otro síntoma más de que la actividad económica se para.

Azotado por la desconfianza en Europa, el euro también retrocedió hasta los 1,34 dólares, su valor más bajo en ocho meses. Incluso en tiempos tan turbulentos para la economía de Estados Unidos como los actuales, los inversores consideran más seguro al «billete verde». También al bono alemán a diez años, que ayer marcó su mínimo histórico, al ofrecer una rentabilidad de 1,67%, frente al 5,293% del español.

Como advirtió el miércoles el director de Asuntos Monetarios del FMI, José Viñals, «el tiempo se agota». Y como enfatizó ayer la responsable de la institución, Christine Lagarde, lo peor es que si la sangre llega al río, la cosa puede ser más grave que en 2008, pues los países disponen ahora de menos margen que entonces para actuar por su debilidad y los recursos ya comprometidos.

El comisario Michele Barnier echó ayer más leña al fuego en una entrevista con el diario «Le Figaro», en la que aseguró que Bruselas «quiere acelerar la recapitalización de 16 entidades», entre ellas, siete bancos y cajas españoles.

En una búsqueda un tanto desesperada de soluciones, el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, aseguró que la UE sopesa reforzar el fondo de rescate de 440.000 millones de euros recurriendo al apalancamiento, tal y como había recomendado Estados Unidos, para frenar el contagio de la crisis de deuda.


La AEB pide una acción urgente
La «fragilidad» de la recuperación española exige con «urgencia» que se acelere la reforma laboral y se culmine la reestructuración de las cajas de ahorros. «El éxito de estas políticas es la mejor garantía, si no la condición necesaria, para el sostenimiento del estado de bienestar». Así lo advirtió ayer la Asociación Española de Banca (AEB), que además recomendó aumentar la competencia en los mercados de bienes y servicios para «recuperar la confianza en los mercados».