Colonia

Sin milagros en Sepang

Tras más de 300 millones de inversión, el F150 no convence.

La Razón
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«No esperamos milagros». Así de pesimista se mostraba Fernando Alonso en Sepang después del pobre rendimiento mostrado por su coche en las primeras sesiones de entrenamientos libres del Gran Premio de Malasia que se disputa este fin de semana. Acabó octavo, a años luz de Red Bull y McLaren.

Las cosas no han mejorado en dos semanas y el nerviosismo es patente en el seno de la escudería italiana. En la primera cita del año, celebrada en Melbourne, el F150 estuvo un paso por detrás de sus rivales. En la «Scuderia» sorprendió negativamente la desventaja con sus rivales directos y las diferencias con otros equipos, como el caso de Renault, con los que no se contaba.

El desconcierto viene provocado por el hecho de que en 2010 Luca Montezemolo decidió poner al día la estructura italiana de F-1. Durante la creación del coche nuevo han trabajado en dos túneles de viento casi a la vez: en la galería del viento de Maranello y en el túnel que Toyota posee en la ciudad alemana de Colonia, con un elevado coste. En algunas ocasiones incluso a tres turnos de trabajo, las 24 horas. Y no sólo eso. Invirtieron en la modernización del simulador para obtener más y mejor información del desarrollo del coche, ya que una vez empezada la temporada están prohibidos los entrenamientos.

Además, ficharon a uno de los genios de McLaren, Pat Fry, a golpe de talonario y, por supuesto, al mejor piloto de la parrilla, Fernando Alonso, que no es barato precisamente: su salario oscila entre los 25 y 30 millones de euros. Con todas estas mejoras, el responsable final de la creación del monoplaza, Aldo Costa, ha tenido todo a su disposición para tener un coche ganador. De momento, en Malasia, los buenos resultados tampoco parecen inminentes.