Caso Faisán

La declaración clave del policía Carlos G

El testimonio que pueda prestar, el próximo día 8, el funcionario del Cuerpo Nacional de Policía número 13.610 en la Audia para el esclarecimiento del «caso Faisán». Este comisario, que no había sido ciencia Nacional se considera de gran importancia para el esclarecimiento del «caso Faisán». Este comisario, que no había sido citdenunció entonces que se trataba de «una manipulación en toda regla».

La Razón
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Ahora, el juez Pablo Ruz quiere saado hasta ahora, era el jefe inmediato de Carlos G., el inspector jefe que estaba al frente del operativo encargado de desarticular el entramado de ETA.

- El comisario elaboró un informe, el 15 de mayo de 2006, incluido en las diligencias en las que se investiga un supuesto «chivatazo» a la banda, en el que se revela que Carlos G. era reticente a realizar la operación por los «riesgos políticos».

- En el informe se subraya que Carlos G. (al que después se encargaría investigar el «chivatazo») fue «reticente en diversos momentos a la realización del servicio argumentando que era una operación que conllevaba riesgos políticos dado el momento de la tregua de ETA, así como la presunta implicación de un miembro destacado del PNV, Gorka Aguirre». Esta afirmación puede ser relevante en las diligencias que ha ordenado el juez Ruz, ya que, al parecer, ha sido atribuida a otro funcionario (que está imputado) durante las investigaciones que G. realizó para esclarecer el «chivatazo».

- Las reticencias de G. comenzaron el día anterior previsto para la operación, cuando pensaba que no iba ser autorizado para llevarla a cabo. En el despacho del juez Fernando Grande-Marlaska, que dirigía la operación, y en presencia del magistrado de enlace francés, «manifestó en diversas ocasiones que era un asunto muy gordo. Tras abandonar el Juzgado, comentó que (...) iba a salir crucificado por las implicaciones políticas».

- En un segundo informe, de 12 de julio, se señalaba que G. no dio cuenta en tiempo real a sus superiores de lo que ocurría, pese a conocer el «chivatazo».
había pruebas que sustentaran la hipótesis de que el 4 de mayo de 2006 –entre las 11:00 y las 12:00 horas– un agente acercara un móvil a Joseba Elosua para, supuestamente, informarle de la operación policial.