OPINIÓN: Pujol se va

Lo que nos faltaba. Jordi Pujol Soley se quiere ir de España y se ha apuntado a la demagogia separatista desde su blog, o sea que Laporta ya tiene competidor. La causa de esta conversión es que los españoles van a por nosotros, no nos comprenden, se han atrevido a tocar el Estatut, la identidad amenazada. Resumiendo, una serie de vaguedades en tono victimista.

El recurso al lenguaje apocalíptico es una vieja táctica nacionalista. Montilla avisando del desapego y la desafección, Mas anunciando la ruptura de relaciones con España, y ahora Pujol da el salto y ya contempla la independencia.

La independencia de Cataluña es imposible y, además, no puede ser, pero unos cuantos elementos impertérritos la reclaman inasequibles al desaliento, como antes pedían la revolución de tipo comunista.

Todo país tiene una cuota de orates determinada, pero que representantes del «seny» se dediquen a predicar la balcanización de España es preocupante. El Pujol de la operación Roca, el español del año según «ABC», el que en Madrid se llegó a barajar como presidente del Gobierno, a la altura de un Ángel Colom o de un Carod. Pues sí, ya en la vejez, asoma la verdadera faz del político de Premià, un dogmático visionario como ya describió Josep Pla. Miremos lo que le pasó a Cambó cuando quiso salirse de la Constitución entre 1917-19.