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Los rebeldes se preparan para el asalto a Trípoli

La oposición refuerza el control de Brega y sueña con tomar la capital tras repeler la ofensiva de Gadafi

Fuerzas rebeldes celebran su victoria de ayer en Brega sobre las tropas de Gadafi
Fuerzas rebeldes celebran su victoria de ayer en Brega sobre las tropas de Gadafilarazon

Brega- Después de un día de incertidumbre, Brega vuelve a estar bajo el control de los rebeldes. A pesar de que los aviones de Gadafi bombardearon de nuevo las afueras de la ciudad el jueves por la mañana, las fuerzas del coronel no intentaron retomar la localidad donde el día anterior murieron 12 personas y 28 resultaron heridas en los duros combates por el control de las instalaciones petrolíferas.

En el hospital de Brega, los médicos, muchos de ellos voluntarios y algunos llegados desde Egipto, han colgado una lista con los nombres de las víctimas, entre ellas un niño de 7 años. En las calles, las fuerzas rebeldes permanecen en alerta, patrullando en jeep, que han sido equipados con baterías antiaéreas, desplegadas también en los puntos neurálgicos, especialmente en la entrada del puerto desde donde se exportan los combustibles fósiles.
Brega es una posición destacada precisamente por su importancia económica, pero los rebeldes consiguieron ayer asegurarla y desplazar la línea de batalla hacia el oeste.

Decenas de voluntarios han llegado hasta Brega para reforzar las filas revolucionarias después del contraataque del miércoles, como Abdelrahman, procedente de Bengasi, que controla el acceso a las instalaciones petrolíferas con una metralleta: ha aprendido a usarla hace tan sólo dos días, pero la maneja con familiaridad y confianza. Este ingeniero civil de 30 años dice estar «feliz» de poder luchar y no tener miedo.

Otro joven rebelde mostraba pequeñas bombas de TNT fabricadas artesanalmente, con las que supuestamente hacer frente a las brigadas de élite del coronel.

La buena voluntad y el coraje de estos hombres no puede esconder su inexperiencia: al hospital de Brega llegaban ayer varios voluntarios que habían sufrido heridas manipulando armas. Pero los heridos y los muertos no parecen desanimar ni asustar a los rebeldes: «En todas las revoluciones hay mártires. Sin muertos no hay revolución», declaraba Mabruk, un hombre de 70 años, en el funeral de los seis ciudadanos de Aydabia que fallecieron en la batalla de la vecina Brega.

El entierro, celebrado ayer al mediodía, se convirtió en una gran manifestación, donde los revolucionarios mostraron toda su rabia, su fe y su fuerza, disparando al aire cientos de veces al grito de «no hay más dios que Alá» y rezando por sus «mártires», de cuyo número ya se ha perdido la cuenta hace tiempo.

Los rebeldes se han envalentonado después de haber repelido el intento de Gadafi de penetrar en la Libia liberada y se muestran cada vez más impacientes y dispuestos a marchar hacia el oeste.

Las autoridades revolucionarias del este prefieren mostrar cautela, aunque existe un sector del nuevo Gobierno que considera necesario seguir avanzando y hacerlo lo antes posible, tal y como reconoció a LA RAZÓN uno de sus portavoces.

Gadafi busca precisamente ganar tiempo y mantiene la situación bloqueada en Trípoli, donde sus oponentes tienen muy poco margen de maniobra. En la capital, ayer se vivió otro día de calma tensa, pero para hoy se espera algún movimiento significativo: hay convocadas grandes manifestaciones en todo el país para pedir la marcha de Gadafi y forzar la caída de Trípoli.