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Gómez el empalador

La Razón
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Vlad Dracul Tepes IV, Señor de Valaquia, por mal nombre «El empalador», festejaba sus victorias empalando a los prisioneros. Dio origen al mito de Drácula aunque sólo hay vampiros en Sudamérica, los llamados «chupacabras». No obstante su bestialidad, Vlad está en la Historia como freno a la terrorífica expansión otomana por el bajo y blando vientre de Europa, quedando la «Romanía» , el granero de Roma, latina y cristiana. Enmendando la plana a su antecesor Corbacho, Valeriano Gómez, ex sindicalista, ex pancartero, ex indignado, ex solidario, ex defensor de los agraviados de la tierra, ministro del trabajo que no hay, en este Gobierno tasado, exigirá contrato de trabajo a los rumanos, socios nuestros en la Unión Europea, inventando la carabina de Ambrosio y emulando al que asó la manteca, por ver si la xenofobia alivia al INEM. Como Sarkozy, debe de creer este oportunista que todos los rumanos son gitanos, siendo además racista, y con la soberbia típica de los ignorantes no sabe que Rumanía es la patria de Cioran, y la tumba de Ovidio. Nuestros inmigrantes nos dan la natalidad que no tenemos y, pese a la crisis, ocupan los trabajos que no queremos. Atrapar en una telaraña legal a los rumanos no va a impeler a los empresarios a crear puestos de trabajo. Con esta filosofía de alpargata el ex – progre podía pedir a su colega de Interior la expulsión de todos los extranjeros, comunitarios o no. Es como vender crecepelos. Pero la selectividad del tal Gómez con los rumanos es preocupante; ¿pensará empalarlos para emular a Drácula y lograr algún mérito?. Aire vampiresco ya tiene.