Elecciones

Otra campaña

La Razón
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Una vez constituidos los ayuntamientos, se van al paro las trituradoras de documentos, empezarán horas extraordinarias los auditores de cuentas, se incorporarán a las colas del INEM los cargos de confianza cesantes y se darán de alta en la Seguridad Social los cargos de confianza recién bautizados por el nuevo poder, habrá demanda de solicitudes a los bancos para negociar la deuda contraída y poder hacer frente a los gastos corrientes, sobre todo en aquellas administraciones cuyas cuentas reales han provocado más de un infarto político a los responsables de administrar unos recursos famélicos que en muchos casos ni siquiera alcanzar el rango de recurso y se quedan en simples cajas de caudales llenas de telarañas. En esta ocasión, comienza otra campaña: la de las generales. Las administraciones públicas volverán a ser el territorio donde se cultiva las cosechas de calado nacional. Los que gobiernan, gestionarán a favor de los intereses de sus partidos, y quienes están en la oposición, harán lo propio contra los que gobiernan. Las recién nacidas administraciones locales no podrán desembarazarse de un clima de campaña en do mayor. Las sombras de Rubalcaba y Rajoy son alargadas y se colarán en el gobierno y en la oposición de los ayuntamientos, porque es aquí donde comienza el primer escalón de la política, donde se empieza a hacer campaña, allí donde la gestión la percibe el ciudadano en primera persona, más cercana; la gestión y también la presión. Los ayuntamientos son los hijos de un dios menor de la administración pública, pero pieza importante cuando una campaña sucede a la otra, pese a que los electores permanezcamos siempre al borde de un ataque de nervios.