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Marruecos se jacta de la «buena colaboración» con el Gobierno español

La reunión entre los ministros de Interior de España y Marruecos tras la represión en el Sáhara Occidental ha vuelto a poner de manifiesto que en la relación entre ambos países, el que parece llevar la voz cantante es el reino alauí.

Mohamed VI y su hermano, Moulay Rachid en la Fiesta del Cordero
Mohamed VI y su hermano, Moulay Rachid en la Fiesta del Corderolarazon

Frente a la inactividad y el servilismo español ante las reiteradas críticas y ataques llegados desde Rabat, también destaca la actitud marroquí, que se jacta de las «magníficas relaciones» entre ambos países, olvidando todos los incidentes acaecidos en el último año, incluida la muerte del español Baby Hamday Buyema el lunes en El Aaiún. Incluso el rey Mohamed VI consiguió que los helicópteros españoles no perturbaran su descanso vacacional. Ahora, le toca a la Prensa oficial afianzar esa escenificación orquestada desde Rabat.

 

La agencia oficial marroquí (MAP) mantenía ayer esa línea del Gobierno de Mohamed VI y presumía de esa «cooperación sólida» y de sus deseos de «continuar el diálogo» tras el encuentro entre Rubalcaba y Charkaoui. En su web, custodiada en todo momento por un enlace denominado «Sáhara Marroquí», sólo se habla de «consolidar relaciones», «intensificación de las consultaciones permanentes», «reunión fructuosa»... Pero ninguna referencia al Sáhara o a los periodistas retenidos y expulsados. Sólo una visión positiva con la que Marruecos deja claro que España ni se queja ni tiene la intención de hacerlo, como ya demostró la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, hace unos días.

 

Algo parecido ocurre con los periódicos del país, que apenas recogieron de la reunión lo ofrecido por MAP y únicamente se centraron en esas «felicitaciones» por la estrecha colaboración diplomática, en el narcotráfico o en la inmigración ilegal.

 

El diario «Le Matin» recogía también en su portada la versión marroquí del desmantelamiento del campamento saharaui a 15 kilómetros de El Aaiún. El rotativo se hacía eco de la «barbarie» de las «milicias armadas» del Polisario contra las Fuerzas de Seguridad enviadas por Rabat en palabras del ministro de Interior, Taib Cherkaoui. En páginas interiores, la continuación del artículo que viene de primera página destaca que «conviene señalar un detalle importante subrayado por Taib Fassi Fihri.

Según el jefe de la Diplomacia marroquí, varias cancillerías occidentales, incluida la de Madrid, habían recibido dosieres sobre el campamento y la identidad de los que lo regentaban». El ministro de Exteriores marroquí visitó a su homóloga española, Trinidad Jiménez, en Madrid apenas cinco días antes de la toma del campamento de protesta.

 


Guerra diplomática

 

La guerra diplomática corre paralela a la batalla de las cifras. Mientras el Gobierno alauí sólo reconoce la muerte de dos personas, una de ellas española, el Frente Polisario afirma que son cinco. A las dos reconocidas por Rabat, habría que sumar las de Abdeslam Lansari y su mujer, Buhasria Elgalia bent Ahamed, así como un niño de 14 años, Elgarhi Nayem, tiroteado por la Policía marroquí cuando intentaba acceder al campamento en un vehículo el pasado 24 de octubre. Pero, la cifra podría ser mayor, ya que el Frente Polisario asegura que aún hay 36 cadáveres sin identificar en la morgue del Hospital Militar de El Aaiún.