No se puede negar que Mas y compañía cuentan con un plan perfectamente diseñado de aquí a que se celebren las elecciones en Cataluña, dentro de dos semanas y media. El problema está en si saben lo que van a hacer una vez que los ciudadanos hayan emitido su veredicto. Pero, vayamos por partes. La prueba evidente de que lo tienen muy claro, desde el punto de vista de la imagen y el mensaje, es la fecha y el lugar elegido para hacer un llamamiento a Europa. Ocurrió ayer, pocas horas antes de que comience de forma oficial la campaña electoral, cuando Mas pronunció una conferencia en Bruselas, la capital de la UE, en la que hizo una llamamiento resumido en esta frase: «Esperamos que ahora Europa no nos falle». Sucedía esto después de unos cuantos días en los que los mensajes que han llegado desde la capital comunitaria han supuesto un jarro de agua fría para las aspiraciones soberanistas e independentistas de Artur Mas y, especialmente, para la incorporación de Cataluña como un nuevo Estado miembro de la UE. Hace cerca de dos meses, tras la manifestación de la Diada, me preguntaba en estas mismas páginas si el Gobierno catalán tenía hechos los cálculos de lo que representaría una salida, bien temporal o definitiva, de la UE desde el punto de vista económico. En las últimas semanas se han publicado numerosos informes, en muchos casos con resultados contradictorios. Sin entrar a valorarlos, lo que sí me parece de sentido común es que a los catalanes les dolería en la «pela» y, al resto de España, también. ¿Habrá posibilidad de que, una vez pasadas las elecciones, se busque una solución, o será demasiado tarde?