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La Razón
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Si hace unos meses nos dicen que el problema de las cajas se arregla con 15.000 millones de euros, el rally que hubiese seguido tanto Bolsa como en el mercado de deuda española hubiese sido épico. Entonces, al Banco de España todavía le quedaba algo de la credibilidad, que parece ahora haber perdido por completo. El anuncio de las necesidades de capital de los bancos y cajas españolas hecho por el Banco de España ha pasado sin pena ni gloria. No se lo cree nadie.
Es triste que la crisis institucional que asola España haya llegado también a nuestro banco central, otrora modelo de regulador bancario. Al margen de que la recapitalización y cambio de modelo de nuestro sistema financiero lleguen con dos años de retraso, resulta ligeramente cómico que la misma institución que ahora ha establecido las necesidades de capital de nuestro sistema financiero se vaya de viaje por el mundo para vender nuestras cajas de ahorros.
El Banco de España cuenta con extraordinarios profesionales, que han valorado los activos de nuestros bancos y cajas con un grado de granularidad muy superior al de cualquier otra institución. Sin embargo, la naturaleza de una gran parte de los activos requiere de un grado de discrecionalidad en su valoración que no resulta creíble que sea hecho por alguien que es juez y parte.
¿Cómo valorar un suelo que, muy probablemente, no tenga liquidez en los próximos diez años? Ciertamente este tipo de activos no valen cero, pero ¿se puede decir que un activo que no tiene mercado vale mucho más que cero? La respuesta a este tipo de preguntas debiera ser puesta en manos de una institución plenamente independiente, pues solo así nos aproximaremos finalmente a la realidad del problema de nuestro sistema financiero. Hasta entonces seguiremos perdiendo el tiempo.