La irradiación de los alimentos o pasteurización fría viene de casi antiguo, pues se empezó a usar a principios del siglo pasado, pero aún hoy y a pesar de sus muchos beneficios palpables, el común de la población les mantiene severas reservas, cuando no fobia declarada y brusca porque suena a radiación, que viene a ser como un «Coco» de adultos. Consiste en tratar los alimentos con radiaciones ionizantes, generalmente electrones de alta energía u ondas electromagnéticas, para evitar la reproducción de bacterias u hongos que causan el deterioro de los alimentos, y producen enfermedades, cambiando su estructura molecular y evitando su proliferación o algunas enfermedades producidas por bacterias patógenas. Se utiliza para reducir el ritmo de maduración de algunas frutas y verduras sin alterar sus propiedades nutricionales ni organolépticas o físicas. Científicamente irreprochable y saludable, pero como el «Coco» vive en las praderas de la fe, cada cual sabrá. Yo radiados.