Motociclismo

Malasia

Bradl abrillanta su apellido

A 25 minutos para el final del entrenamiento oficial de Moto2, la lluvia apareció y Bradl decidió que la temporada se había acabado. El alemán no tenía pensado volver a salir a pista, para evitar una caída, así que se encaminó al taller de su rival para felicitarle por un año maravilloso

Márquez y Bradl se felicitan tras hacerse oficial el título del alemán
Márquez y Bradl se felicitan tras hacerse oficial el título del alemánlarazon

Cheste (Valencia)- Márquez estaba allí de brazos cruzados, como un espectador más por culpa de sus problemas de visión. Al levantarse y mirar la televisión comprobó que seguía viendo doble y descartó salir a la pista. Eso significaba que Stefan Bradl era el campeón, y el abrazo entre ambos suponía el final de la película de suspense en que se había convertido el fin de semana. El guión durante todo el curso no ha podido ser más emocionante, con un gran inicio de Bradl mientras el novato pagaba la inexperiencia en forma de caídas. Márquez no empezó a sumar hasta la cuarta carrera y su enemigo, en cambio, coleccionaba victorias sin oposición. La diferencia llegó a superar los 80 puntos, pero el espectáculo no había hecho más que comenzar. Marc arrancó en Assen una remontada que parecía destinada al éxito, hasta que se estrelló contra la moto de Wilairot en Australia y resbaló en una curva mojada en Malasia. Imprevistos que convirtieron el punto de más que había acumulado Márquez en 23 a favor de Bradl, que por fin podía secarse el sudor frío que le provocaba la incansable persecución de Marc. «Fue difícil perder el liderato en Motegi, pero nunca me rendí, sabía que era un todo o nada y ha acabado bien», dijo.

Sin necesidad de disputar la última carrera, el nuevo campeón dio a su apellido el brillo que no le pudo aplicar su padre a principios de los 90. Hace justo 20 años, su padre, Helmut, firmó el mejor curso de su vida, pero las únicas cinco victorias que sustentan su palmarés sólo le dieron para ser subcampeón de 250. Ayer su hijo le superó y puso en el árbol genealógico el título que le faltaba. «Para mí, él también ha ganado, siempre ha estado cerca de mí apoyándome», explicaba.

Ni para transmitir sus sensaciones tras el triunfo, Stefan abandonó la timidez que acompaña a un «patito feo» que ya es cisne. Creció con un piloto de élite en casa, pero le costó seguir sus pasos. No era el típico chico entusiasmado con la velocidad y estuvo a punto de abandonar por culpa de la depresión. «Era muy joven y no disfrutaba. Más tarde recuperé la motivación, quise comprobar cómo de bueno podía ser», asegura. Resistió a su melancolía y ahora ha dado un Mundial a Alemania tras 18 años de sequía. Un título al que da más valor la explosión de talento de Márquez, la futura gran estrella del motociclismo.

 

Llegó el gran día de Terol
Nico tiene fácil certificar su título de 125cc. Sólo necesita quedar entre los once primeros o que no gane Zarco. Juega en casa, pero no se fía. Antes de las carreras, llegará la vuelta de honor en memoria de Simoncelli, cuya moto pilotará el mítico Kevin Schwantz.